Ramón Melendi les arrebató anoche el corazón a los más de 3.500 admiradores que se dieron cita en la plaza de toros de Ciudad Real, donde ofreció un gran concierto marcado especialmente por la complicidad que el músico asturiano mostró con ellos a lo largo de las dos horas y cuarto que duró.
Melendi eligió la canción ‘Tu de Elvis, yo de Marilyn’ para abrir un concierto «muy especial» para sus seguidores que desde el primer momento se unieron a la fiesta cantando y bailando sus canciones y haciendo los coros en muchas de ellas.
‘De pequeño coco’ fue el tema elegido por el cantante para presentarse ante el público manchego, y elegía esta canción porque, como recordaba sobre el escenario, «es la mejor que ha definido su vida».
Uno a uno, fue desgranando temas de gran parte de sus anteriores trabajos discográficos y cómo no, de su último trabajo, ‘Un alumno más’, que recientemente acaba de salir a la venta.
Sobre un espectacular escenario y con un cuidado montaje escenográfico y musical, Melendi fue cantando temas como ‘Violinista en tu tejado’, ‘Mi primer beso’, ‘Llueve en mí’, ‘Caminando por la vida’ ‘Barbie de extrarradio’, ‘Somos’, ‘Sara Luna’ o ‘Cenizas en la eternidad’, la canción, dijo, «más importante que he escrito en mi vida, porque la escribí para todos vosotros, para todos aquellos que apostasteis por el niño y hoy veis al hombre».
Esta fue una de las muchas muestras con la que Melendi quiso demostrar que se encontraba a gusto entre un público entregado que le agradeció cada detalle, cada gesto y cada canción.
Un público que supo también agradecer el gesto del cantante asturiano cuando en un momento de su concierto decidió parar la música para pedirle al equipo de seguridad que atendiera a una joven situada en las primeras filas, que él había visto que se encontraba mal.
No hubo ni un sólo momento en el que los incondicionales de Melendi perdieran detalle de su concierto, que muchos de ellos calificaron como «irrepetible».
Uno de estos seguidores, Jorge Luengo, un joven que había llegado sólo una hora antes del concierto desde Almadén (Ciudad Real) después de ‘doblar’ el turno en el supermercado que trabaja para poder ver a su ídolo.
Luengo, al que sus amigos le habían comprado la entrada para ir al concierto, no dejó de corear ni una sola de sus canciones y aseguraba que para él Melendi es mucho más que un músico al que uno admira, pues reconocía que su vida se ligó a él después de pasar malos momentos personales y después de superar una dura infancia, marcada por la ausencia de sus padres.
La música de Melendi a él le devolvió una felicidad «enorme», como también se la devolvió al resto de admiradores que salieron muy satisfechos del concierto.