La comunidad peruana afincada en Cuenca está intentando recoger fondos para repatriar los restos de un compatriota, de 34 años, que falleció el martes en un accidente de tráfico en la N-320 a la altura de Villar del Saz de Arcas (Cuenca), en el puerto de la Tórdiga.
El presidente de la Asociación de Peruanos Residentes en Cuenca, Luis Gerardo Pedraza, ha explicado a EFE que están intentando reunir entre 5.000 y 6.000 euros para que la familia pueda llevar las cenizas del fallecido a Perú.
Aunque en principio barajaron la repatriación del cadáver, debido a su elevado coste la familia ha optado por la incineración y va a intentar viajar a su país natal para llevar las cenizas.
Según ha explicado Pedraza, el fallecido deja mujer y dos hijos, y fue incinerado ayer miércoles por la tarde.
El presidente de la Asociación ha agradecido el apoyo de toda la comunidad peruana y de diferentes asociaciones que se han prestado a colaborar económicamente en la medida de sus posibilidades, aunque ha advertido de que todavía «no es suficiente».
Pedraza ha señalado que no sólo ciudadanos peruanos de Cuenca, sino también de pueblos de la provincia, se están poniendo en contacto con ellos para prestar apoyo, y ha pedido la solidaridad de todo el mundo pese a la situación de crisis.
Ha lamentado también la pérdida del fallecido, y ha asegurado que era un hombre muy activo e implicado en la labor de la Asociación por lo que se sienten «muy obligados a colaborar».
Una de las asociaciones que se ha ofrecido a colaborar ha sido Cáritas, cuyo presidente Silvestre Valero ha señalado que en la medida de sus posibilidades intentarán facilitar el regreso de los restos a su país de origen, aunque ha reconocido que la organización diocesana pasa por un momento muy crítico en lo económico.