La Fundación Caja Rural Castilla-La Mancha ha dado el visto bueno a su Plan de Actuación para 2016 cuyos principales retos son favorecer el empleo y la mejora de la calidad de vida de las personas con menos oportunidades.
Los patronos de la entidad, reunidos en sesión anual, también han respaldado de forma unánime la gestión de la entidad durante 2015 y han valorado las actividades realizadas, con más de 26.000 beneficiarios, destaca la Fundación en un comunicado.
Respecto a los retos para 2016, han aprobado un plan de programas que apuestan por el desarrollo del talento de las personas con discapacidad, la retención y el retorno del talento de los jóvenes, el fomento de la competitividad de empresas en áreas clave y el emprendimiento innovador como actividad estratégica para crear riqueza y desarrollo en las zonas rurales.
En cuanto a la mejora de la calidad de vida de las personas con menos oportunidades, la Fundación ha aprobado un conjunto de programas que promoverán la innovación social, el apoyo a las asociaciones que trabajan con estos colectivos y la implicación de la empresa privada en el desarrollo de acciones destinadas a los colectivos en riesgo de exclusión y discapacidad, promoviendo cadenas híbridas de valor social y económico.
La directora de la Fundación, Ana Isabel López-Casero, ha señalado: «en los difíciles momentos que nuestra sociedad atraviesa, las organizaciones sin ánimo de lucro tenemos la vocación y la obligación de convertirnos en plataformas de innovación social que mejoren la vida de nuestros ciudadanos, y de hacerlo conjuntamente y en alianza con el sector público y privado con los que compartimos objetivos».
Sobre las actividades realizadas en 2015, López-Casero ha destacado las realizadas en cinco líneas: discapacidad, pobreza y exclusión social, apoyo a la cultura, apoyo a la ciencia e investigación y desarrollo socio-económico, esta última línea canalizada a través de su Instituto de Innovación y Competitividad.