Dicen que cuando hay un difunto de cuerpo presente, mejor no hacer gachas (plato típico de Castilla-La Mancha) porque, según la leyenda, «el espíritu las removerá y…» Y las consecuencias mejor no saberlas. Cuentan también que aún hoy en día alguna casa tiene por inquilino «un duende». De hecho, en el siglo XVII y XVIII la vivienda se vendía con él y así quedaba reflejado en el contrato. Aseguran que hay una laguna en la región que se formó con las lágrimas de una niña judía que perdió a sus padres durante la Inquisición. Todas estas historias forman parte de los mitos y leyendas de la región que han dado lugar al libro «Mitología y Superstición en La Mancha» de Marcel Félix y Araceli Monescillo.
Marcel Félix de San Andrés y Araceli Monescillo estaban trabajando en un libro de cocina. Buscaban las recetas más antiguas de la tierra y las relacionaban con un hecho singular. Pronto descubrirían la principal razón por la que se desaconseja hacer gachas cuando hay difunto presente y… Así nació “Mitología y Superstición en la Mancha”.
Unos 100 mitos tradicionales de Castilla-la Mancha y 90 leyendas dan vida a un libro en el que han trabajado durante 16 meses. “Hemos viajado mucho por los pueblos”, comentaba Marcel a Encastillalamancha, que explicaba que todas las leyendas se desarrollan en un espacio físico.
Mitos que nacen para proteger y que formarán parte de la cultura popular durante siglos como, por ejemplo, “la mano negra” o “la tentación” para evitar que los niños se acercaran al brocal del pozo que solía tener una altura de un metro.
Y LOS DUENDES “EXISTEN”
«¿Usted me puede confirmar que los duendes existen?» Era la pregunta que un vecino octogenario de Torralba de Calatrava (Ciudad Real) le lanzó a Marcel durante la presentación del libro en dicha localidad. Seguidamente le invitó a su casa porque él sí convive con uno y su madre, que le dejó la casa, lo incluyó en la herencia.
En los siglos XVII y XVIII, explica Marcel, era normal encontrarse incluso en los contratos de compra-venta la cláusula en la que se destacaba que se vendía vivienda con duende. Incluso «había especialistas en derechos en este tipo de ventas», matizaba Marcel.
La función de los duendes es diferente dependiendo del tipo que sea. En este sentido, pueden servir de instrumento útil en la educación de los niños, para explicar lo inexplicable e, incluso, para guardar y proteger tesoros.
«Hay duendes que están emparentados con el diablo, como Trasgo. Otros son mineros, que están bajo tierra y extraen minerales, que en la comarca de Almadén se les conoce como Morgo. Están también los monjes sobrenaturales de la zona de Los Yébenes en Toledo…»
CUANDO LOS FANTASMAS SE DEJAN COSAS POR HACER
En el libro no pueden faltar los fantasmas, pero «no dan miedo, no vienen a asustar. El aparecido se ha dejado algo por hacer o incluso puede advertirte de algo o adelantar el futuro». En este sentido, en la zona de Campo de Montiel es conocida la Estantigua o «cadena de muertos».
Fantasmas con leyenda y leyendas con resultados trágicos como, por ejemplo, lo que ocurrió con los fantasmas en Valdepeñas, que posteriormente se relacionaría con el disfraz que empleaban los maridos para ir a ver a las amantes y con las mujeres de estos que también lo usaban para intentar sorprenderles. Si bien, al final el fantasma, que estaba muy vivo, morirá a manos de otro.
En el libro, donde se incluye más de 50 ilustraciones a plumilla y que será la base para una futura exposición sobre mitología, se cuenta también la leyenda de la laguna de la judía. Al parecer, una niña judía se quedó sola porque la Inquisición se llevó a sus padres. Sus lágrimas formarían la laguna de Guadalmez.
Junto a ello existen otras como la Trocanta de Granátula, la Vereda del Lobo, la Cruz del Corregidor, la Monja de Alcázar, la Peña de la Encantá o la Fuente de la Víbora, por citar algunas de las leyendas castellanomanchegas que se recogen en este trabajo de cerca de 400 páginas.