La Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales del Gobierno de Castilla-La Mancha ha realizado 65.783 inspecciones desde enero de 2013, para proteger y defender a los consumidores y usuarios, garantizando la seguridad de los productos. Una centena de inspectores regionales y locales trabajan para mejorar las condiciones de calidad en la venta de bienes y en la prestación de servicios, informa la Junta en un comunicado.
En este sentido, la Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales, desde enero de este año hasta el 31 de julio, ha recibido un total de 1.154 alertas sobre distintos productos, desde el Sistema de Intercambio Rápido de Información del Instituto Nacional de Consumo, perteneciente al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. En cuanto a los productos notificados a través de la Red de Alerta, la mayoría pertenecen a productos importados de otros países. El 50 por 100 tiene procedencia asiática y el resto proviene de diferentes países tanto de origen europeo, como de otros continentes.
Respecto a los establecimientos inspeccionados, más del 50 por 100 son bazares y tiendas multiprecio, de los que se han retirado más de 7.600 productos con evidentes riesgos.
Con un total de 42 alertas generadas, la actividad inspectora de Castilla-La Mancha se sitúa en tercer lugar, detrás de la Comunidad de Madrid y Galicia.
JUGUETES Y ROPA INFANTIL, LOS PRODUCTOS MÁS NOTIFICADOS
La Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales está llevando a cabo un programa especial de vigilancia basado en la prevención y riesgos de los productos destinados al consumo infantil, ya que el mayor número de notificaciones ha correspondido a juguetes y vestimenta.
Los productos más notificados durante 2013 han sido los juguetes que presentaban pequeñas piezas, dado que estos objetos suponen un riesgo grave de atragantamiento para los más pequeños. También productos que presentaban sustancias tóxicas que ponen en riesgo la salud de los niños si los introducen en la boca.
En segundo lugar las prendas de vestimenta infantil, por la presencia de adornos o ciertos elementos como cordones o cintas, que pueden llegar a producir estrangulamiento o asfixia. En tercer lugar otros productos textiles, que contienen colorantes potencialmente tóxicos o alergénicos.