La población residente en Castilla-La Mancha se situó a día 1 de enero de 2013 en 2.094.957 habitantes, lo que supone un descenso de casi 11.000 personas respecto a un año antes. Según los últimos datos de la Estadística de Migraciones difundida por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el saldo migratorio entre comunidades autónomas ha sido negativo en 6.637 personas en Castilla-La Mancha, uno de los mayores índices detrás de Castilla y León y Andalucía.
La pérdida de población durante 2012 ha sido generalizada en la mayoría de las comunidades autónomas y en el caso de Castilla-La Mancha (-0,5 por 100) supone la quinta mayor caída por detrás de Castilla y León (-0,8 por 100), Cataluña (-0,7 por 100) y Asturias y La Rioja (ambas con -0,6 por 100).
El saldo vegetativo (nacimientos menos defunciones) ha sido positivo en 1.122 personas en tanto los saldos migratorios interior y exterior se sitúa en 12.101 personas.
Según los mismos datos, el saldo migratorio de españoles residentes en Castilla-La Mancha que se marcharon al extranjero el año pasado fue de -703 personas.
A fecha 1 de enero de 2013 España tenía 46.704.314 habitantes, es decir un 0,2 por 100 y 162.390 personas menos que a comienzos de 2012, unos datos que reflejan el primer descenso de población en España desde que existen datos anuales (1971).
El descenso poblacional se ha producido como consecuencia de un saldo migratorio negativo de 162.390 personas, es decir que 476.748 personas optaron por abandonar España, frente a las 314.358 que llegaron, y de un saldo vegetativo (452.273 nacimientos menos 403.785 defunciones) positivo de 48.488 personas.
De los ciudadanos que abandonaron el país, 59.724 eran españoles y 417.023 extranjeros y, la salida de estos últimos, ha hecho que este colectivo se reduzca el 2,3 por 100 hasta los 5.118.112 residentes en España, según el INE.
Por el contrario, 32.380 españoles optaron por regresar, con lo que el saldo migratorio de los españoles fue de 27.344 personas.
Otra de las características demográfica más preocupante es que la población que se reduce en las más joven mientras que aumenta la más mayor.
Así, el mayor descenso (5,53 por 100 y 169.593 personas) se produjo entre los de 25 a 29 años; seguidos de los de 30 a 34 años (4,92 por 100 y 190.560 personas), mientras que por el contrario crecieron el 8,07 por 100 (23.051) los de 90 a 94 años y el 4,35 por 100 (3.526 personas) los mayores de 95 años.
En total, los mayores de 64 años se incrementaron en 134.356 personas, el 1,7 por 100 a lo largo de 2012, mientras que los menores de 4 años caen el 2,28 por 100 y se reducen en 56.383 niños.
Con estos datos, la radiografía de la población española refleja que la tasa de dependencia, es decir, el indicador que mide el porcentaje de población inactiva que dependerá -económica y personalmente en algunos casos- de los que están en edad y condiciones de trabajar, se sitúa en el 51 por 100, casi un punto por encima de la de comienzos de 2012.