¡Salvado por la campana! O, quizás mejor, por los brotes de solidaridad que han surgido a su alrededor. Solidaridad que hará posible que haya un nuevo reparto, y ya van…, que seguro que tendrá la continuidad habitual porque de lo contrario muchas bocas no se podrán llevar algo más que un trozo de pan.
El que les da Cipriano González, «el amigo de los pobres de Toledo», rodeado de sus incondicionales de las batas blancas, quien después de la última entrega de alimentos que ofreció a quienes más lo necesitan, el pasado 13 de marzo, no pudo decir una nueva fecha porque, vicisitudes de la vida, anunciaba en encastillalamancha.es que le faltaban los alimentos básicos para guardarlos en las bolsas azules con comida en su interior que a cientos regala cada vez que abre la puerta de su «almacén» en el casco histórico de Toledo.
Bien, pues la voz de alarma funcionó y ya han llegado aceite, azúcar, arroz, macarrones, judías, garbanzos, lentejas y leche. Todo ello para un próximo reparto que ya tiene fecha: el jueves 15 de mayo, tal y como ha contado a este periódico.
¿SUS GENEROSOS MECENAS? PREFIERE NO DECIRLO, POR AQUELLO DE QUE LA BUENA SOLIDARIDAD…
¿Sus generosos mecenas? Prefiere no decirlo, por aquello de que la buena solidaridad, dicen, es anónima. Ha habido una empresa muy generosa, pero Cipriano no puede ni quiere olvidar todas aquellas aportaciones particulares que ha recibido desde que dimos la voz de alarma. Los conductores de la Junta fueron los primeros, justo al día siguiente del aviso, pero a partir de entonces y en apenas 15 días han sido colegios, institutos, donaciones de particulares…
Un no parar.
¿Qué sucedió para llegar a este extremo? Nos lo contó el principal protagonista, «los alimentos que nos llegaban antes y que servían para cuatro repartos ahora se nos va en una sola partida». Era la primera vez en su vida que se quedaba sin género y no se atrevió a dar una nueva fecha. Apenas dos semanas después ya sonríe, el 15 de mayo habrá reparto.
«Si Dios quiere», como siempre apostilla.
En su última convocatoria llegaron a hacer cola para recoger su bolsa unas 2.000 personas. Por eso continúa insistiendo en que para que él y sus colaboradores puedan ser generosos primero lo tienen que ser, los que tienen, con él. No coge, jamás, dinero, sólo comida o vales que pueda cambiar en supermercados por comida.
Uffffffff… Cipriano siempre vuelve. Tampoco se perderá su próxima cita con los pobres.