El grupo de Biología Molecular de la Facultad de Medicina de Albacete y del Centro Regional de Investigaciones Biomédicas (CRIB) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) forma parte de un equipo internacional de investigadores cuyo trabajo ha desvelado que el gen Dlk1, descubierto por el profesor de la UCLM Jorge Laborda hace más de 20 años, determina la generación de neuronas motoras. «El funcionamiento elevado de este gen induce la generación de neuronas rápidas, mientras que su funcionamiento a niveles menores causa la generación de neuronas intermedias o lentas», indica el profesor. Estos resultados han sido publicados por la prestigiosa revista Science.
Según informa la UCLM en nota de prensa, con este descubrimiento se da respuesta a lo que hasta ahora era bastante desconocido: cómo se establecen los distintos tipos de neuronas motoras y se convierten en neuronas adultas a partir de sus precursores celulares, poniendo fin a la búsqueda realizada durante más de medio siglo del mecanismo que determina el tipo de neuronas motoras y abriendo la puerta a nuevas investigaciones para profundizar sobre el conocimiento de estas neuronas y su implicación en enfermedades degenerativas.
Explica Jorge Laborada que las neuronas motoras son fundamentales para generar comportamientos, ya que enlazan el sistema nervioso central con la generación de movimientos concretos, «los cuales permiten a los animales moverse, guardar el equilibrio, escapar a los predadores o buscar alimento», señala.
Este control de los movimientos por el sistema nervioso se hace posible gracias a la existencia de tres tipos de neuronas motoras llamadas: lentas, intermedias y rápidas, que son las que controlan la contracción y la velocidad de los distintos tipos de fibras musculares. «Por ejemplo, las neuronas motoras lentas controlan fibras musculares de contracción lenta que se fatigan poco y que están involucradas en el control del equilibrio, como las encontradas en los músculos del tobillo. En cambio, las neuronas rápidas controlan los músculos de contracción rápida que permiten correr, como los extensores de la rodilla», añade Laborda.
Este trabajo ha sido publicado en la prestigiosa revista Science.