La Universidad de Castilla-La Mancha está trabajando en desarrollar un programa específico de promoción del patrocinio y el mecenazgo que le permita contar con nuevas vías de financiación.
El documento base sobre el que se está trabajando, que fue presentado la semana pasado Consejo de Gobierno de la institución académica regional y al que ha tenido acceso Efe, recoge la necesidad que tienen las universidades públicas en España, a raíz de la reducción permanente de la financiación pública, de buscar nuevas fuentes de ingresos para garantizar sus gestión.
En otros países, especialmente en los de cultura anglosajona, existe una tradición muy consolidada de patrocinio y mecenazgo de la educación superior a través de donaciones, tanto de empresas como de ciudadanos particulares, a las universidades.
Esta tradición se ha visto favorecida por una legislación fiscal que permite deducir del pago de impuestos una parte importante de las cantidades donadas por este concepto.
Tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido es frecuente este tipo de patrocinios, sostiene en su documento los responsables de la Universidad regional, que reciben el nombre de «Endowment» y que constituyen una parte muy importante de los recursos de que disponen las universidades.
Son fondos constituidos con las aportaciones de patrocinadores, administrados por la universidad para sus fines propios, de acuerdo con los deseos de los donantes.
En el Reino Unido, las donaciones a universidades se han incrementado sustancialmente en los últimos años, coincidiendo con la reducción de las aportaciones públicas, lo que ha obligado a los centros de educación superior a buscar fuentes de financiación alternativas.
Sin embargo las aportaciones no se han producido de una manera uniforme para todas las universidades.
En España, reconocen los impulsores del proyecto, no existe una tradición similar debido a razones culturales y también a una falta de incentivos por parte de las instituciones, especialmente en materia fiscal, pero también en el reconocimiento social de las actividades filantrópicas.
En cualquier caso, la UCLM ha comenzado a trabajar en el diseño del programa con el objetivo de «no perder la oportunidad de intentar» lograr este tipo de financiación.
Para ello, consideran que se debería establecer un programa específico de captación de fondos de patrocinio y mecenazgo («fundraising») dirigido a empresas y particulares, con fines muy concretos y con un horizonte temporal claro.
Un elemento fundamental, aparte de la gestión personal directa del programa, sería la creación de una página web con una estructura similar a las que existen en las universidades más punteras en este asunto, desde donde empresas o particulares puedan realizar sus donaciones.
De esta forma, la Universidad podría recibir financiación y los mecenas con sus donaciones podrían lograr el reconocimiento público, la difusión de su colaboración y los correspondiente incentivos fiscales.
El programa, en el que aún se está trabajando, podría abrir nuevas espectativas de financiación para la Universidad regional, que en estos momentos negocia con la Junta una ampliación de la partida de 103 millones presupuestada para 2014.