La UNED de Talavera utilizó el martes 7 un inhibidor de frecuencias para evitar que los alumnos más vagos pudieran utilizar nuevos «chanchullos» tecnológicos para copiar durante el examen, tal y como ha podido conocer encastillalamancha.es. Lo hizo a modo de prueba, pero no descartan implantarlo de forma definitiva si llegara la ocasión. Y es que han detectado algún caso de alumnos que han intentado copiar a través de los relojes o de pinganillos.
«No pierdas el tiempo con ‘chanchullos’ tecnológicos, el aula de exámenes de UNED Talavera está dotado de inhibidor de frecuencia».
Lo que acaban de leer lo publicó la UNED talaverana en una red social, tal y como comprobó encastillalamancha.es, para advertir a los alumnos de que ni lo intentaran porque en la Universidad Nacional de Educación a Distancia están a la última en lo que se refiere a tecnología para evitar el copieteo de exámenes.
Y, efectivamente, este periódico ha podido saber que el martes 7 fue el primer día que en el centro utilizaron un inhibidor de frecuencias para tratar de evitar que los alumnos que intentaran copiar con revolucionarios métodos tecnológicos lo pudieran hacer.
Porque ya habían detectado anteriormente algún caso por el que alumnos habían podido recibir información desde el exterior del aula a través de sus relojes o de pinganillos que llevaban ocultos. Casos puntuales que también tratan de evitar con la puesta en marcha de un inhibidor de frecuencias que distorsiona el mensaje que llega de fuera y no se puede escuchar con nitidez. O, lo que es lo mismo, si alguien desde fuera del aula de exámenes está dictando las respuestas a algún alumno, sus palabras no se van a oír.
Puesto que tienen prohibido cachear a los alumnos antes de los exámenes, se les ocurrió esta idea, según ha podido conocer encastillalamancha.es.
Inhibidor que desconocen si van a mantener o no en el futuro, depende del resultado que obtengan.
Y ojo, porque los ejemplos cunden y, como caso interesante se encuentra el de la Universidad de Almería, quienes ya han advertido a sus alumnos que suspenderán a todo aquel que vean con el teléfono móvil encendido durante el examen y que están pensando realizar cacheos aleatorios para detectar esos posibles «chanchullos» tecnológicos.