Los hábitos de vida saludable son sinónimo de mejor calidad de vida, especialmente en colectivos como las personas con enfermedad mental, de ahí que desde los servicios públicos de salud de Castilla-La Mancha se haga especial hincapié en fomentar prácticas como el ejercicio físico o la buena alimentación.
Los Centros de Rehabilitación Psicosocial y Laboral (CRPSL) de la región llevan años poniendo en marcha programas que motivan a los pacientes con trastorno mental a llevar una vida sana. Paloma Ripiero, trabajadora social del CRPSL de Toledo, ponía de manifiesto que esta motivación se trabaja de manera individualizada, en primer lugar, identificando los hábitos de cada persona; en segundo lugar, conociendo por qué quieren cambiar esos hábitos; y en tercer lugar, localizando los beneficios que se obtienen.
En términos generales, a lo largo del año estos centros desarrollan tres importantes programas encaminados a que la vida sana se convierta en la mejor medicina para la persona con enfermedad mental. Uno de ellos lleva por nombre Hábitos de Vida Saludable. La experiencia con estos enfermos ha constatado que los trastornos mentales provocan mayores índices de morbilidad, lo que suele traducirse en más patologías cardiovasculares y más problemas endocrinos. En este sentido, Paloma Ripiero explicaba que lo que se pretende con esta iniciativa es hacer una radiografía de los hábitos del paciente y encontrar la motivación para modificar aquellos que no son buenos para su salud.
Por otro lado, en el Taller de Cocina los participantes aprenden la importancia que tiene comer adecuadamente así como a cocinar de la manera más saludable posible, contribuyendo a que sean más autosuficientes.
Un tercer programa aborda el deporte y promueve la práctica del ejercicio físico, ya sea de manera individual o colectiva, con la celebración de encuentros y convivencias deportivas.
De forma transversal, los Centros de Rehabilitación Psicosocial y Laboral de la comunidad autónoma llevan a cabo otro tipo de actividades dentro de este mismo ámbito. Es el caso de las sesiones específicas sobre salud dentro de los grupos de familia o los talleres impartidos por cocineros. Además, colaboran estrechamente con los Centros de Atención Primaria y la Unidades de Salud Mental, las cuales han incorporado un enfermero para que el paciente, al llegar a ellas, lo primero que haga sea someterse a un control de peso, tensión arterial…
Paloma Ripiero destacaba que el paciente con trastorno mental cada vez está más concienciado de la importancia de cuidar su salud, una sensibilización que ha ido aumentando con el paso de los años. «Ha crecido el número de usuarios que participan en estos programas de rehabilitación. Además -añadía- acceden a otro tipo de actividades de fuera de los centros y entre ellos promueven grupos con los mismos intereses, como los grupos de correr que se han formado».
El Centro de Rehabilitación Psicosocial y Laboral de Toledo ha atendido este año a 184 personas, de los cuales alrededor de 95 entraron en los programas de Hábitos de Vida Saludable, Taller de Cocina o Deporte, lo que representa un alto porcentaje.