Las cañas se «comen» la alambrada y «amenazan» con hacer lo mismo con el terreno. Cañas que no son del propietario de la finca y que tras la petición que realizó éste a la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) para que las retiraran recibió como contestación verbal que… ¡Que pidiera una autorización para quitarlas él mismo!
Y así lleva prácticamente un año, desde que el 31 de diciembre de 2014 presentara tanto una queja como una solicitud de limpieza y adecentamiento de la zona anexa a su finca en Los Navalmorales (Toledo) porque las cañas crecen entre el cerramiento de la parcela y el cauce del arroyo que por allí transcurre «y me están tirando por segunda vez el cerramiento, por lo que deseo que realicen el corte o extracción de las cañas al ser de su competencia y dado los perjuicios que me está ocasionando su falta de limpieza», tal y como afirmaba entonces en la protesta y ha señalado ahora el propietario, José Carlos Pérez de Vargas, a encastillalamancha.es.
Incluso añadía que en el cañizal se están formando nidos de ratas y los roedores están entrando en la finca. Pérez de Vargas escribía igualmente que «las competencias otorgadas a esa Confederación tienen su contrapartida y han de cumplirse, ustedes también tienen sus obligaciones».
El arroyo discurre en paralelo durante una distancia de 50 metros por el terreno y no adecentarlo y limpiarlo «me está perjudicando económicamente».
Ya hace tiempo «alguien intentó quemar parte de ellas, provocando que un desagüe de la Residencia de Ancianos Tomás Costa, que son mis vecinos y tienen autorizado el paso de un desagüe por debajo de mi terreno que da al cañizal, fuese obstruido al quemarse, lo que provocó que se inundara la lavandería de la residencia».
En su petición de limpieza del terreno, Pérez de Vargas terminaba con un… «Sin otro particular y a la espera de sus noticias, atentamente…».
Pues más de 11 meses después aún no ha recibido respuesta alguna…
Eso sí, si quiere que las cañas desaparezcan… ¡Tendrá que eliminarlas él mismo!