Hace unos meses, el mundo de la tecnología popular, que no la científica, se asombraba con el lanzamiento de una herramienta de inteligencia artificial que permite conversar, que razona y que responde a cualquier cosa que le preguntes: el ChatGPT.
ChatGPT es una herramienta de conversación que permite lanzar preguntas, juegos, o cualquier tipo de idea que se te ocurre a una «máquina» que devuelve una respuesta más o menos acertada.
El juego que le ha propuesto Leyendas Toledo, empresa de turismo, es fácil, pero la herramienta ha cometido algún que otro error de bulto. Leyendas de Toledo ha preguntado a la máquina que diseñe una ruta por la Ciudad Imperial, que puedes ver aquí.
«Las casas colgantes de Toledo», ChatGPT no es ‘bolo’ ni castellanomanchego
Las respuestas del robot no han sido muy disparatadas porque ha identificado algunos elementos emblemáticos de Toledo como el Alcázar, el Monasterio de San Juan de los Reyes o el Museo del Greco. Sin embargo, los aciertos se han intercalado con errores que ni un ‘bolo’ ni un castellanomanchego al uso cometería: inventarse el barrio de «Santa Cruz» o decir que el barrio judío de Toledo alberga «casas colgantes».
Imagen de las respuestas de ChatGPT. Foto: Leyendas de Toledo.
La conclusión de los expertos en Toledo, los guía de Leyendas de Toledo, es que las respuestas «no están absolutamente mal del todo» porque «tienen cierta lógica». Sin embargo, sería imposible hacer el recorrido que propone porque el tiempo para hacerlo «sería maratoniano».
Por un lado, la inteligencia artificial ya está entre nosotros. El algoritmo forma parte de nuestras vidas y los robots son uno más entre las aplicaciones de nuestros móviles o las webs que consultamos. Por el otro, y el más importante quizá, es que aún «le queda mucho a la inteligencia artificial para ser totalmente fiable», como rezan desde Leyendas de Toledo.
Los secretos de Toledo no están, aún, en ChatGPT. Y las «casas colgantes» no están ni en Toledo ni en Cuenca. Nunca pregunten donde están, por su bien.