El consejero de Educación de Castilla-La Mancha, Marcial Marín, ha señalado, en nombre de las comunidades gobernadas por el PP, que el anteproyecto de reforma educativa es un «texto abierto» -con más puntos de unión que divergencias- y ha apelado a «la oportunidad» del consenso.
En declaraciones a los medios previas a la Conferencia sectorial de Educación que debate con el conjunto de las autonomías el anteproyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), Marín ha abogado por buscar «algo novedoso y consensuado» donde «todos vayamos de la mano» y se ha mostrado convencido de que reuniones como ésta son «oportunidades» para ir «limando discrepancias».
El consejero de Educación, que se ha erigido en portavoz de las comunidades populares, también ha subrayado la «necesidad» de la nueva Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) dado que, en su opinión, la normativa actual es «un fracaso».
Marín se ha referido a las estadísticas que sitúan a España con el doble fracaso escolar que otros países la Unión Europea además de una alta tasa de abandono prematuro de las aulas.
El consejero ha asegurado que viene a la reunión «con el mejor de los ánimos» y agradeciendo que sea «una primera reunión» para una nueva ley, imprescindible en el marco normativo español.
«Es más lo que nos une que lo que nos separa» ha dicho Marín, quien también ha avanzado que hoy se harán importantes aportaciones para mejorar el anteproyecto.
En definitiva, ha dicho, se trata de «limar asperezas» para conseguir un texto con el mayor consenso posible.
Marín ha apostado por que España llegue al 2020 con la mitad de fracaso escolar y ha recordado que en algunas regiones se dan tasas que sitúan el fracaso en una horquilla entre el 26 y el 30 por 100.
Por ello, el consejero ha pedido coordinación y trabajo entre todas las administraciones y ha defendido más autonomía para los centros, profesionalizar las direcciones de los mismos, apostar por la enseñanza bilingüe y los contenidos digitales.
El anteproyecto propuesto por Educación implanta evaluaciones nacionales comunes para todos los alumnos al final de cada etapa educativa no universitaria, que tendrán que superar para obtener los títulos de graduado en ESO y de bachiller.