La Plataforma de Familias Numerosas de Castilla-La Mancha ha entregado hoy en la Consejería de Educación, Cultura y Deporte las más de 18.000 firmas recogidas por el Observatorio de la Escuela Rural en contra del desmantelamiento de las escuelas rurales en la región.
El portavoz de la Plataforma, Fernando Daniel Calvo, ha entregado las 18.100 firmas recogidas, «más otras 3.000 que han sido desechadas por no tener encabezamiento», que van acompañadas de un escrito al consejero de Educación, Marcial Marín, en el que se le solicita que «paralice» de inmediato el desmantelamiento de las escuelas rurales.
Se trata de una respuesta a la decisión de la Consejería de cerrar unas 60 aulas unitarias en diferentes pueblos de la comunidad, la mitad de ellos en Cuenca, en los que hay menos de doce alumnos.
«La Plataforma de Familias Numerosas entendemos que la escuela rural es un factor de cohesión familiar, de arraigo y de progreso de nuestra tierra, y que sus medidas pueden acabar con las señas de identidad de los pueblos de Castilla-La Mancha», ha manifestado.
Por ello, ha añadido, se insta al consejero a que «estudie su viabilidad y otras opciones que no incluyan la merma de la calidad, y que se haga con efecto inmediato, antes de que ninguna de nuestras generaciones se vean afectadas por sus medidas».
Calvo, que ha resaltado que en las firmas está representado «todo el medio rural», ha opinado que lo más «sensible» que debería hacer el titular de Educación es «dimitir porque lo que esta haciendo es destrozar toda la escuela rural».
Ha confiado en que Marín no haga caso omiso de las «18.000 firmas del ámbito rural». porque «el pueblo está donde está y sabe lo que quiere», algo que, a su juicio, «no saben los mandatarios» y ha pedido una próxima reunión con el consejero.
En todo caso, el portavoz de la Plataforma de Familias Numerosas ha lamentado que, con la actual política, cuando ahora se cuenta «con un profesorado tan cualificado y con medios tan avanzados», se vuelva a tiempos pasados.
«No se qué van a hacer con los niños. Separarlos de sus padres, para mandarlos Dios sabe dónde, y romper todo el núcleo familiar, como antaño, que se mandaban a los hijos mayores a las grandes ciudades y se rompían las familias», ha concluido.