El actor y director teatral Lluís Homar se ha puesto delante del objetivo del fotógrafo toledano Pepe Castro, quien –una vez más- se ha adentrado en la mirada de una figura de la interpretación. El resultado ha sido un retrato de quien considera un hombre de gran carisma y sensibilidad.
En su blog (http://pepecastrophotographer.wordpress.com), Castro cuenta cómo fue la sesión fotográfica realizada en Madrid, a donde se encontró con Homar para mantener en primer lugar una comida distendida. «Comemos, charlamos y congeniamos durante un par de horas. Tiempo más que necesario para descubrir un poco más del carisma y sensibilidad de este hombre, que me engancha y embelesa mientras habla. Me cuenta, entre otras cosas, que quizás hoy no es su mejor día para una sesión de fotos; parece que algunos problemas personales le mantienen con la cabeza ocupada. Yo le agradezco la atención y el tiempo que me dedica, pero le aviso de que eso que me señala, en un buen retrato, aparece. ‘Lo sé, los he visto y me arriesgo Pepe’, me contesta sonriente».
Tras la comida, el actor de películas como «La mala educación» y «Los abrazos rotos» -del manchego Pedro Almodóvar– y Premio Goya a la Mejor Interpretación Masculina de Reparto posa ante el fotógrafo toledano, que decide utilizar la clásica iluminación Paramounth o de mariposa, la misma que se solía usar en los retratos de las estrellas de cine. «Disparo mi cámara unas cuantas veces y al principio siento que me cuesta un poco llegar a donde quiero. Mientras seguimos conversando, disparo unas cuantas veces más, buscando la intensidad y la complicidad de su mirada. Veo como me mira y me parece notar que, aunque está conmigo, sigue algo absorto en sus pensamientos. Un retrato es un pedacito de la realidad y de las emociones de una persona, congeladas en el instante que dura un ¡click!».