«Hace 30 años, el 31 de mayo de 1983, tenía lugar en la iglesia de San Pedro Mártir de Toledo la sesión constitutiva de las Cortes de Castilla-La Mancha. Echaba así a andar un proyecto autonómico inédito en la historia de estas tierras, configuradas a partir de entonces en una nueva realidad geopolítica bajo el nombre de Castilla-La Mancha.
Nuestra opción autonomista no basaba sus argumentos de legitimidad en el pasado histórico sino en la oportunidad que brindaba la Constitución de 1978, que en su artículo 143 facultaba el acceso a constituirse en Comunidad Autónoma a las provincias limítrofes con características históricas, culturales y económicas comunes.
A pocas generaciones les ha sido otorgado, como a la nuestra, el privilegio de acometer una semejante oportunidad histórica, y aún más raramente alcanzar a ver, 30 años después, el fruto logrado de sus expectativas.
Aquel día de hace 30 años dio comienzo un tiempo en el que, por primera vez en nuestra historia, los castellanomanchegos tomábamos en nuestras manos las riendas de nuestro destino, nos marcábamos nuestros propios objetivos y decidíamos colectivamente el modo de alcanzar la solución a nuestros problemas.
La historia nos brindaba una oportunidad excepcional, que asumimos con el deseo de que pudiera servirnos para romper con muchos años de marginación económica y política.
Una cosa tuvimos clara los castellanomanchegos desde el principio: que no queríamos construir el futuro mirando al pasado ni deseábamos echar mano de viejos estandartes, por más que las vitrinas de nuestros museos estuvieran llenos de ellos. La Autonomía significaba para nosotros ni más ni menos que una oportunidad de futuro y el instrumento para impulsar el desarrollo de nuestra región en igualdad al resto de las Comunidades Autónomas del Estado español.
Hoy, 30 años después, vemos a Castilla-La Mancha convertida en una Comunidad Autónoma plenamente consolidada y en dialogo de igualdad respecto al resto de las Comunidades Autónomas del Estado español.
Las Cortes de Castilla-La Mancha han tenido durante estos 30 años un papel relevante en la vertebración política de nuestra región, constituyendo la voz de Castilla-La Mancha en el concierto de las comunidades autónomas españolas. Nuestro Parlamento regional ha sido, igualmente, la caja de resonancia y el marco de discusión de las inquietudes y preocupaciones ciudadanas, en donde han tomado cuerpo las iniciativas legislativas que han regulado la convivencia de los castellanomanchegos durante las últimas tres décadas.
Pero estos 30 años vienen señalados principalmente por el éxito colectivo de todos los ciudadanos de Castilla-La Mancha, que con su trabajo diario y el compromiso con su tierra han sacado adelante esta región hasta ponerla donde hoy se encuentra.
Los más de dos millones de castellanomanchegos son los verdaderos protagonistas de esta historia de tres décadas en la que nuestra región ha visto desarrollarse sus potencialidades hasta alcanzar unos niveles que, sin ser los ideales y pese a sus carencias, eran inimaginables hace tres décadas.
Es sabido que los aniversarios solo son jalones artificiales que los hombres marcamos para asimilar mejor el paso del tiempo. Consecuentemente, el día de hoy no cierra ningún capítulo sino que abre otro nuevo comprometido con la etapa que ya mira hacia delante. A ese futuro que hoy comienza estamos convocados todos los castellanomanchegos para seguir avanzando con ilusión, trazándonos nuevas y más ambiciosas metas en aras de un mañana de bienestar y prosperidad.
Enhorabuena a todos los castellanomanchegos por la fortuna de poder celebrar orgullosamente el nacimiento de nuestra región, un acontecimiento que hace 30 años marcó un antes y un después venturoso en la historia de esta tierra y en las vidas de cuantos en ella vivimos.»
Vicente Tirado es el presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha