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En Castilla-La Mancha 17/01/2016junio 7th, 2017

Las parejas, ya sea marido o mujer o relación afectiva análoga, de las personas mayores con dependencia que necesiten estar ingresadas en una residencia podrán acompañar a sus cónyuges, una medida que la Consejería de Bienestar Social tiene previsto poner en marcha a lo largo del primer trimestre de 2016.

Así lo adelanta la consejera de Bienestar Social de la Junta de Comunidades en Castilla-La Mancha, Aurelia Sánchez, en una entrevista concedida a la Agencia Efe, en la que desvela que unas mil personas han solicitado estar con su pareja dependiente en un centro residencial, sin que hasta el momento se haya podido dar una respuesta a esta necesidad.


«Nos parece una situación sangrante que hay que resolver», admite la consejera de Bienestar Social, que se muestra confiada en que esta iniciativa esté puesta en marcha en el primer trimestre del año, una vez que «se organice toda la oferta y la demanda de las plazas residenciales».

Para la consejera de Bienestar Social, es «inhumano» e «impensable» el que a una persona en situación de dependencia a quien se le prescribe ingresar en una residencia se le separe de la persona con quien ha convivido por el hecho de que ésta sí tenga buen estado de salud, una necesidad que, dice, sí se cubría hasta 2011 pero que desde ese año se dejó de hacer.

Hasta final de año se da de plazo para duplicar el número de plazas de estancias temporales, un compromiso que -según Sánchez- «se pondrá en marcha de forma inminente» cuando esté ordenado el mapa de recursos residenciales.

En líneas generales y con relación a la atención a las 375.000 personas mayores que viven en Castilla-La Mancha, Sánchez apuesta sobre todo por fomentar los programas de envejecimiento activo y la prevención de situaciones de deterioro de los mayores, pues lamenta que en los últimos cuatro años «han desaparecido muchísimos programas».

Según su criterio, en la actualidad se produce un «proceso de transición del modelo de atención a las personas mayores», pues si bien hace unos años, los mayores preferían estar en una residencia, en la actualidad, se muestran más partidarios de estar en su casa el mayor tiempo posible y «recibir la atención en su entorno el mayor tiempo posible».

Es en ese modelo de transición en el que trabaja actualmente la Consejería de Bienestar Social, explica la consejera, que sitúa como primera línea de actuación «la prestación y la atención en el entorno; que tengan ayuda a domicilio y teleasistencia«.

En segundo lugar, la consejera propone «intentar mantener un envejecimiento activo» a través de programas desarrollados en la red de centros de mayores, aunque lamenta que «prácticamente han desaparecido la mayoría de actividades que se hacían allí».

Estos programas de envejecimiento activo que van desde la gimnasia hasta la estimulación cognitiva, y que ofrecen «rehabilitación física y mental», expone la consejera, son «muy importantes para prevenir las situaciones de dependencia».

Es por ello por lo que Sánchez los defiende con firmeza y afirma que «son la mejor inversión social que se puede hacer para ellos», ya que «además de que presupuestariamente es mucho más económico, de cara a su calidad de vida es muchísimo mejor».

Y en caso de que necesiten una residencia, Sánchez apunta que las necesidades actuales revelan que, cada vez con más frecuencia, se necesitan tratamientos más especializados, como por ejemplo una unidad de atención a personas con Alzheimer, una unidad de atención a personas con parkinson o con problemas de conducta.

«Las personas que llegan a los recursos asistenciales son más dependientes y necesitan tratamientos mucho más especializados», concluye la consejera, quien resume que la Consejería que dirige tiene la responsabilidad de «velar por que las personas mayores puedan estar bien atendidas en todas las facetas de su vejez».

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