Los diestros Víctor Puerto y el francés Juan Bautista cortaron dos y tres orejas, respectivamente, y salieron a hombros al término del festejo celebrado ayer jueves en la localidad toledana de Villacañas, en la que Antonio Nazaré sumó también un apéndice.
Se lidiaron seis toros de Jaralta, bien presentados, nobles pero muy justos de casta. Los mejores, segundo y quinto.
Víctor Puerto, oreja y oreja.
Juan Bautista, dos orejas y oreja.
Antonio Nazaré, ovación y oreja.
La plaza registró casi media entrada en los tendidos.
Muy a gusto anduvo Juan Bautista con el mejor lote de una corrida enclasada pero descastada de Jaralta, cuya seria presencia no estuvo acompañada de bravura en igual proporción. En los dos trasteos del francés hubo suavidad y temple, aunque nunca pudo apretar por abajo a ninguno de sus oponentes. Hubo más forma que fondo.
Antonio Nazaré nada pudo hacer frente al bronco primero, un toro que soltó la cara con malas formas sin entregarse.
Su segundo, sexto de la tarde, hizo albergar esperanzas pues embestía con compás y longitud por el pitón izquierdo, pero esa calidad tan solo duró tres tandas, en las que el sevillano condujo el viaje con gusto y templanza; hasta que el toro le vio y se le coló una primera vez; y una segunda, en la que alcanzó el rostro de su matador golpeándole la nariz y dejándole ligeramente grogui.
El resto de la faena, ya breve, se hilvanó con más garra que lucimiento por el pitón derecho, matando de media y logrando una oreja.
Víctor Puerto, por su parte, se enfrentó al peor lote. Su primero pudo dañarse tras darse dos volteretas y apenas persiguió la muleta, mientras que el cuarto fue un marmolillo ante el que Puerto optó por el arrimón como única alternativa factible para llegar a los tendidos y lograr así puntuar, como consiguió. EFE