El consejero de Sanidad y Asuntos Sociales de Castilla-La Mancha, José Ignacio Echániz, ha mostrado su satisfacción «por el buen trabajo de nuestros hospitales en la aplicación de uno de nuestros criterios esenciales, que es el trabajo en red, con la vista puesta siempre en el mejor servicio posible a los pacientes». Echániz ha hecho estas declaraciones a propósito del buen resultado de la colaboración entre los hospitales de Alcázar de San Juan y Tomelloso, para el mejor tratamiento de la retinopatía del prematuro.
El Servicio de Oftalmología del Hospital General «La Mancha Centro» de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), dependiente del Gobierno de Castilla-La Mancha, ha incorporado recientemente el láser para tratar a los bebés afectados por la retinopatía del prematuro, una patología que puede conducir a la pérdida parcial de la visión e incluso a la ceguera.
Ya se ha tratado a los primeros bebés prematuros con esta nueva técnica, gracias a la colaboración existente entre los hospitales de Alcázar de San Juan y Tomelloso, centros del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) que han puesto en común sus dotaciones tecnológicas y humanas para poner a disposición de los usuarios este nuevo servicio con unos resultados muy satisfactorios.
En concreto, las intervenciones quirúrgicas se llevan a cabo en los quirófanos del Hospital General «La Mancha Centro», centro sanitario que cuenta desde hace un año con una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) neonatal y pediátrica. Las revisiones se realizan en el Hospital General de Tomelloso, el único centro de Castilla-La Mancha que dispone de la tecnología RetCam, con la que hasta ahora se realizaban exploraciones de fondo de ojo a bebés menores de un año con muy bajo peso al nacer –por tanto son candidatos a padecer retinopatía del prematuro— y que ahora también se utiliza para conocer el estado del ojo del bebé después de la intervención.
ABORDAJE INTEGRAL
La incorporación del tratamiento láser es un paso muy significativo en el tratamiento de la enfermedad, ya que permite abordarla íntegramente, desde el diagnóstico hasta el tratamiento, sin necesidad de que los bebés tengan que ser derivados a otros centros.
La retinopatía del prematuro es una enfermedad que principalmente suele aparecer en bebés prematuros con bajo peso y provoca el crecimiento de vasos sanguíneos anormales en la retina –la capa de tejido nervioso del ojo que nos permite ver– lo que puede desembocar en su desprendimiento y producir ceguera hasta en la mitad de los casos.
Algunos casos de retinopatía son leves y se corrigen solos, pero otros requieren cirugía para prevenir la pérdida de la vista o la ceguera. La cirugía implica el uso de láser para detener el crecimiento de vasos sanguíneos anormales y asegurarse de que no se produzca un desprendimiento de retina.
La intervención consiste en aplicar láser en la zona de la retina que no se ha vascularizado correctamente. Así se evita la progresión de la enfermedad, la proliferación vascular y el desprendimiento de retina traccional. Esta cirugía hay que realizarla en quirófano bajo anestesia general con la máxima precaución, debido a las complicaciones que pueden surgir por el bajo peso y los pocos meses de vida de estos pacientes.