Los jueces de Toledo, reunidos en Junta General, han acordado -entre otras medidas- el «cumplimiento estricto» de las horas de audiencia y «cumplir escrupulosamente» su jornada laboral de 37 horas y media. Estas y otras iniciativas han sido aprobadas como modo de protesta y reacción ante la «situación límite» que vive la administración de justicia.
Junto a la de Toledo, en el resto de España se han celebrado otras 150 juntas que han secundado iniciativas similares. Juan Ramón Brigidano, juez decano de Toledo, ha señalado en rueda de prensa que se trata de un «servicio público abandonado» y que «han pasado años desde que comenzamos a manifestarnos y la situación continúa empeorando» y afectando, añadía, a los colectivos más vulnerables: parados, parejas en proceso de divorcio o personas afectadas por concursos de acreedores, ponía como ejemplo.
Así, los magistrados de Toledo han determinado el «cumplimiento estricto» de las horas de audiencia y la celebración de las vistas en horas de audiencia. También ha sido aprobado por unanimidad «cumplir escrupulosamente la jornada laboral» por lo que «solo se trabajará por los magistrados un total de 37 horas y media incluyendo las horas de audiencia y tiempo de estudio y resolución de todo tipo de asuntos». Denuncian que su jornada suele ser de 40 o 50 horas semanales y que este sacrificio no puede suplir la «dejadez» del Ministerio de Justicia. Brigidano ponía otro ejemplo con jueces que trabajan de 9:00 a 17:00 y que se van a su casa sin comer.
Igualmente instan al Consejo General del Poder Judicial para que modifique el reglamento que regula las guardias a fin de que jueces y magistrados de los Juzgados de Instrucción dispongan de días de descanso tras finalizar el referido servicio, compensando con ello la falta de descanso semanal y la ampliación de la jornada a 24 horas diarias todos los días de la prestación del servicio. A este respecto Brigidano aclaraba que en ocasiones ocurre que el juez que ha estado de guardia siete días, al día siguiente -y sin previo descanso- se ve obligado a acudir al juzgado. Denuncian además el sistema retributivo de esta guardias que es de 1,70 euros la hora.
Otros puntos acordados es que el juez decano no asistirá ni representará a los jueces de su partido judicial en aquellos actos a que sea convocado por órganos del Gobierno nacional; y que «las dilaciones que en la tramitación de los procedimientos judiciales se pueda ocasionar por la adopción de las medidas expuestas serán imputables, única y exclusivamente, al Poder Ejecutivo por no dotar al Poder Judicial de medios materiales y personales suficientes».
En sexto lugar, la Junta de Jueces y Magistrados insta al Consejo General del Poder judicial para que proceda a fijar la carga máxima de trabajo razonable, ajustándose al horario de audiencia y jornada semanal máxima de trabajo, así como un catálogo de enfermedades profesionales y a la flexibilización del régimen de incompatibilidades de jueces y magistrados.
Los jueces de Toledo, según han acordado, están dispuestos a secundar las medidas de presión que adopte la Comision Interasociativa Permanente, inluyendo la huelga e interesa la dimisión de los vocales del Consejo General del Poder Judicial y en particular del presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo «por su ineficacia a la hora de defender los intereses profesionales de la carrera judicial». «La Junta de Jueces de Toledo insta la reprobación al ministro de Justicia por la constante injerencia del Poder Ejecutivo en la independencia del Poder Judicial», añaden.
Por último, rechazan «rotundamente» el proyecto por el que se reducen los permisos que en la actualidad se disfrutan a uno.
En la rueda de prensa, los jueces han resaltado que mientras que en España hay 10 jueces por cada 100.000 habitantes, en Europa hay 20, una circunstancia que se agraba -apuntan- en Toledo.
Brigidano añadía que, más que una cuestión económica, la creación y el refuerzo con más plazas de jueces es «cuestión de voluntad».