En menos de seis meses ya han muerto tres de los ocho linces que el 24 de julio se soltaron en Villamanrique (Ciudad Real). Pero el pronóstico es aún peor, según vienen denunciando colectivos ecologistas, alarma a la que se ha sumado Equo con un nuevo comunicado denunciando su situación.
Desde su punto de vista los linces en CLM están condenados a muerte. Ni más ni menos. La razón, que al ser devueltos a un entorno en el que no han crecido no están preparados para sortear sue peligros. Y mientras esta situación no se corrija a las muertes de Kala, en septiembre; Kenitra en octubre; y Kairos en diciembre, seguirán más.
“Disparos de cazadores o veneno parecen estar tras estas muertes, pero dadas las condiciones del entorno el proximo lince bien podría ser atropellado o caer en una trampa. La cuestión de fondo es si es posible reintroducir animales en un entorno del que han desaparecido si no atacamos antes las causas que les hicieron desaparecer, lamentablemente parece que estamos obteniendo la respuesta”, explica Equo en su comunicado.
Y es que “la transformación drástica de un entorno ejerce una presión sobre los animales que viven en el mismo, cuando esta presión es tal que una especie desaparece no se puede esperar que esta volverá con la simple reintroducción de ejemplares. Si queremos tener éxito en una reintroducción, previamente hay que retornar a unos parámetros ambientales adecuados del habitat en que se va a soltar al animal”.
En el caso de los linces tienen muy claros cuáles son los riesgos y por dónde ha de venir la solución para garantiar su superviviencia. “Sabemos que la caza, el tráfico rodado, la framentación del territorio, las trampas físicas y los venenos son, junto con la ausencia de presas, las causas principales de su declive, con lo que si queremos que una reintroducción tenga éxito habrá que solventar primero esos peligros”, dice Equo.
En este sentido, pide a la Junta y al Ministerio de Agricultura que acondicione previamente cada hábitat donde piensa reintroducir lunces. “Para conseguir este objetivo es necesario un intenso control y limitación de las actividades cinegéticas, del uso de trampas y venenos y de la fragmentación del territorio”.