Las pruebas de ADN realizadas en Argentina a los restos que fueron exhumados el pasado mes de enero del cementerio de Guadalajara han revelado que no pertenecen a Timoteo Mendieta, como se creía en virtud de la documentación con que contaba la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH).
Así lo ha confirmado hoy su nieta, Chon Vargas, hija de Asunción Mendieta, de 91 años, quien ha asegurado que la familia va a seguir luchando por encontrar a Timoteo, fusilado en 1939 y cuya exhumación fue la primera que se hizo en España solicitada por la jueza argentina María Romilda Servini de Cubría, que instruye la denominada «querella argentina» contra los crímenes del franquismo.
«Ha sido una noticia dura pero nosotros no vamos a parar, no vamos a dejar de luchar por encontrar los restos de mi abuelo», ha asegurado Chon Vargas, quien considera que éste es un doble castigo para su madre, que lleva 80 años buscando a su padre.
«Ella mantiene la esperanza de poder encontrarle», señala y apunta que, si bien los documentos indicaban que se encontraba enterrado entre los primeros cuerpos de la fosa común número dos, junto a otros 21 represaliados, en el cementerio de Guadalajara, ahora se cree que podría haber sido enterrado de los últimos en la fosa número uno.
No obstante, Chon Vargas recuerda el hecho histórico que dicha exhumación supuso para todos los familiares de represaliados que buscan sus restos y «sólo tienen dificultades para poder recuperarlos» y el gran seguimiento mediático que supuso.
Asunción, quien vio a su padre por última vez con 13 años, le recuerda como «una persona buenísima, al que todo el mundo quería», y el día de la exhumación no ocultó su alegría «por cumplir con la ilusión de tener sus restos para que me entierren con él».
Asunción Mendieta, que reside en Barcelona, tuvo que viajar hasta Buenos Aires (Argentina) en 2013 para declarar ante la juez Servini, quien realizó el exhorto judicial para la exhumación, autorizado después por el juzgado número 2 de Guadalajara.
Un equipo de nueve personas, dirigido por René Pacheco, de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, y a las que se han sumado tres forenses, fueron los encargados de realizar dichos trabajos.