Los sacerdotes de la Diócesis de Ciudad Real han donado 41.000 euros al fondo diocesano para el empleo que desde su creación en 2010 ha concedido una treintena de microcréditos de hasta 5.000 euros sin intereses y a devolver en 40 meses para desempleados que emprendan sus negocios.
Según ha dado a conocer la responsable del fondo diocesano para el empleo, María del Carmen Reloba, en 2012 se han concedido 19 microcréditos, seis más que el año anterior, de los cuales tres fueron para complementar los concedidos en ejercicios anteriores por el «riesgo de cerrar el negocio».
En total, este fondo abonó el año pasado 83.500 euros para la puesta en marcha de trece pequeños comercios regentados por españoles y tres de inmigrantes, lo que permitió la creación de 16 puestos de trabajo.
Reloba ha recordado que esta iniciativa surgió del obispo de Ciudad Real, Antonio Algora, quien en 2009 pidió a los feligreses que aportaran un diez por ciento de su sueldo, a la que se sumaron todos los sacerdotes, que durante los últimos dos años han abonado una cantidad cercana a los 90.000 euros.
«Es una manera, humilde y sencilla, de dar respuesta al problema de desempleo para aquellas personas que quieren iniciar una actividad y no encuentran ni financiación de los bancos ni las garantías para emprender un negocio», ha explicado Reloba.
LOS DONATIVOS
De los 55.902 euros recaudados por la Diócesis en 2012, 41.000 euros procedieron del donativo de los sacerdotes, 6.000 de la Fundación Lux Hispanarium, perteneciente a las Órdenes Militares, y el resto de pequeñas aportaciones de individuales.
Desde que se creara el fondo diocesano para el empleo en 2010, 29 microcéditos están siendo devueltos con normalidad mientras que seis personas no han podido reembolsar los 5.000 euros al «fracasar el negocio que abrieron», según Reloba.
A fecha de 31 de diciembre de 2012, el fondo contaba con un saldo de 92.162,66 euros procedente de los donativos y de las devoluciones mensuales de los microcréditos, una cantidad que se ha reducido al aprobar durante los seis primeros meses del año 13 nuevos microcréditos.
Reloba ha alertado del aumento de solicitudes respecto a otros años, por lo que los voluntarios de este fondo están centrándose «en aquellas personas que más lo necesitan».
El fondo atiende actualmente, según su responsable, a personas «con una pobreza muy fuerte» y con «gran desesperación» para cubrir sus necesidades básicas, y a otras que arrastran una situación de «vulnerabilidad generada por la pérdida de la ayuda del desempleo» y quieren iniciar un negocio «con el fin de salir adelante».
En 2012 se han creado puestos de trabajo en las actividades de ganadería, hostelería, empresas de instalación de telefonía, limpieza, panaderías, perfumerías, tiendas de barrio, entre otras.