Un accidente de moto o cómo la vida puede hacerse tarde demasiado pronto. Ya lo decía una canción de Ariel Rot... una frase que marcó un antes y un después en la lucha de Chechu Garzón Carrasco, un toledano, al que hace 3 años le cambió la vida de golpe y porrazo.
Como un día más, aquel Corpus de 2019 Chechu (33 años) regresaba de su trabajo en moto, cuando un tractor se cruzó en su camino y en su vida, sin intermitentes, y un impacto frontal contra la cuba de este vehículo acabó llevándole a un coma inducido durante más de sesenta días.
Entró en el Hospital Virgen de la Salud de Toledo y más tarde llegó al Hospital Provincial, prácticamente «desahuciado» por no tener esperanzas de vida. Ambos centros sanitarios fueron la «casa» de este joven y su familia, quienes cada día le visitaban con la esperanza de verlo despertar y que llegara «un poco la luz».
Fueron meses en los que la familia tuvo que hacer frente a la incertidumbre; pensaron que no iban a salir de allí, pero contra todo pronóstico «lo hicimos», tal y como nos cuenta el padre de Chechu, Jesús Garzón, quién confiesa a encastillalamancha.es que tuvieron que pasar por distintas fases: «del shock a la adaptación, y de la adaptación a la cruda realidad». Un periodo de tiempo en el que su padre, según admite la familia, echó de menos ayudas y centros para este tipo de casos. La sociedad no tiene suficientes recursos para ayudar a salir de esta situación y «te tienes que buscar la vida con muy poquitas cosas» insiste.
Chechu: «Lo cómodo no suma»
Sin embargo, el espíritu luchador nato de este toledano hizo que resurgiera del coma con una banda sonora muy especial porque pese a que Chechu era consciente de que comenzaba un largo proceso de esfuerzo y trabajo, Leiva le acompañaba y le recordaba cada día que «aquí todo, aunque no lo parezca, avanza«… Costa de Oaxaca fue una de sus canciones recurrentes y motivadoras.
«Desde el principio tuve muy claro que si quería algo me lo tendría que trabajar. Lo cómodo no suma». Esa filosofía incontestable, junto a la ayuda profesional, ha cimentado su motivación y le ha sacado de un coma «irreversible» a poder realizar CrossFit adaptado. Sabe que ha tenido que aprender de forma repentina y muy dura que «damos por normales cosas que cuando desaparecen las echamos de menos». Ahora él valora cada avance como una gran victoria.
Su lucha y su amor por la vida quedan patentes en este vídeo:
Las secuelas… daño cerebral con hemiplejía
El seguro de su mutua le derivó al Hospital de Coslada, lugar al que ingresó siendo una persona totalmente dependiente con un pronóstico muy complicado: daño cerebral adquirido que derivó en una hemiplejía de la parte izquierda de su cuerpo. La hemiplejía izquierda es la parálisis de la parte izquierda del cuerpo después de una lesión del hemisferio derecho del cerebro.
Chechu tenía una gran falta de equilibrio y de movilidad, pero desde el principio él lo tenía muy claro «si quería conseguir algo, iba a tener que ir trabajando poco a poco», porque «lo cómodo no iba a sumar«. La actitud del toledano marcó su camino, pero también el de sus padres, quienes tuvieron que abandonar su trabajo y conciliar para poder estar acompañando a su hijo en la ciudad madrileña.
«La actitud de Chechu ha hecho que nosotros seamos los que sigamos su ritmo, el nos da el camino a seguir», admite su padre mientras explica que ver como su hijo cada día pedía «más y más y más» hizo que buscaran soluciones para mejorar su calidad de vida.
Chechu había trabajado previamente con terapias más convencionales, pero su cuerpo necesitaba más. A partir de ese momento, la búsqueda intensa de su familia hace que se encuentren con quién es uno de los pilares fundamentales en su recuperación, la Clínica Akro de Toledo, un centro con una técnica novedosa que ha permitido que este toledano vuelva a hacer cosas inesperadas para un paciente con esta lesión.
Objetivo, volver a caminar
Akro Toledo trabaja con el método Neurac: un método innovador de evaluación y tratamiento basado en ejercicios que persiguen restaurar los patrones funcionales de movimiento utilizando altos niveles de estimulación neuromuscular.
Tal y como nos explica Marta Yuste, fisioterapeuta, fundadora y responsable de esta clínica, para quien Chechu se ha convertido en un motivo más de orgullo y amor por el trabajo de estos especialistas. Desde el principio aplicaron Redcord, que permite «trabajar la musculatura desde el cerebro». Es una terapia con la que se va recordando al cuerpo y a cada músculo cómo tiene que trabajar y en qué momento tiene que entrar a activarse. Para ello, Yuste explica que se cuelga al paciente en suspensión con unas cuerdas rojas, y se le va pidiendo al cuerpo movimientos poco a poco.
Chechu entró por las puertas de la clínica hace casi dos años, y desde aquel momento el objetivo de todos era el mismo: volver a caminar. La fisio explica que cualquier paciente con este tipo de daño cerebral tiene que «empezar de cero«. El cuerpo y la estabilidad ha cambiado y hay que reeducarle «con pasos firmes».
En este sentido, manifiesta que con esta activación neuromuscular han ido trabajando la parte central del cuerpo, al tratarse de la zona desde la que sale toda la fuerza para las extremidades: «vamos dando equilibrio desde ahí, y vamos haciendo que aprenda movimientos para ganar estabilidad».
Además de ello, también han conseguido sacar «glúteo medio«, que según señala Yuste es importante para la estabilidad, algo con lo que el toledano bromea porque confiesa que «siempre he sido de culo generoso».
Marta considera que el movimiento para la recuperación de este tipo de casos es fundamental, «nunca hay que dejar de moverse», al tiempo que asegura que, al igual que cuándo órgano se para es cuando se muere, un músculo se atrofia cuando se para.
El esfuerzo y el trabajo de estos dos años con Akro ha permitido al toledano volver a practicar lo que era algo insoñable…
Partido a partido… el deporte, su gran motivación
El padre de este toledano revela que la fuerza y motivación de su hijo siempre la ha llevado consigo, la filosofía de un chico en la que el fútbol y el deporte en general, siempre ha estado presente: un buen atlético como Chechu sabía que el «partido a partido» era más importante que nunca.
«Cuando él despierta y es consciente de la situación, esa parte del cerebro no desaparece: la lucha y la constancia vuelve a lo que era antes del accidente». El protagonista de esta historia cuenta cómo cuando estaba ingresado en Coslada, y apenas podía moverse de la cama, le preguntó a «su jefa», en alusión a su fisio, si podría volver a practicar algún deporte, algo a lo que la profesional se quedó «alucinando». Sin embargo… la cara de ella contestó a lo que era la gran incógnita, pero a la vez, la mayor motivación de Chechu.
El trabajo de los profesionales, una fisioterapia avanzada de la mano de la motivación y la fuerza vital de este chico, han hecho que Chechu consiga volver a practicar crossfit o montar a caballo, «cosas inesperadas y casi imposibles» para un paciente con una hemiplejía y daño cerebral como tiene él, explica Yuste. Y añade: «Nunca ha visto triste a Chechu, nunca lo he visto quejarse, al contrario siempre llega disfrutón. Nos pone su música, se auto motiva y nos motiva, nos hace reír, las fisios estamos deseando que llegue a su sesión, es muy bonito con él».
Este chico de sangre rojiblanca manifiesta que su filosofía siempre había sido vivir «el día a día» sin planes de futuro, pero después de este accidente, del que han pasado 3 años, confiesa que esta manera de entender la vida se ha acrecentado.
Una manera de entender la vida con coraje y corazón. Sus testimonios están en este vídeo: