En España hay más de 1.000 voluntarios culturales mayores dedicados a mostrar los museos y el rico patrimonio cultural de nuestros pueblos y ciudades. En Toledo, esta iniciativa poco conocida hasta ahora cuenta ya con sus dos primeros voluntarios: Javier Ortega Cunchillos y Emilio Ojalvo Fernández Puebla, quienes han pasado a formar parte del equipo del Museo del Greco y a introducir al visitante en el universo del pintor cretense.
Les mueve su inquietud por la cultura y por no dejar de aprender nunca. Sin perder de vista tampoco el objetivo de consolidar una etapa más del desarrollo personal marcado por la Confederación Española de Aulas de Tercera Edad -organización promotora en colaboración con la Obra Social de Caja Madrid-, ambos se presentan como mediadores entre el artista y el visitante del museo.
Javier Ortega, un funcionario prejubilado, se ha embarcado en esta aventura que, como él mismo asegura, «desconocía por completo», algo que compensa con sus ganas de hacer las cosas y de empaparse de nuevos saberes. Para llegar a ser voluntario cultural primero -tanto él como Emilio Ojalvo- han recibido formación por parte de los profeisonales del museo. A través de las clases de museología y de arte y de las visitas que les han ofrecido, han tenido la oportunidad de entender en profundidad el funcionamiento de un museo, la figura de El Greco, sus obras, el contexto que le rodeó… así como de acercarse -en algunos casos- y de profundizar- en otros- a la pintura. Después de todo este proceso, «ahora veo los museos y las obras de arte con otros ojos», indicaba Javier Ortega.
Por su parte, Emilio Ojalvo, jubilado de su profesión de catedrático de instituto y aficionado a la pintura, hacía hincapié en que su labor no sustituye a la de ninguno de los técnicos del museo, «solo la complementamos». Formar parte del equipo de voluntarios culturales mayores del museo le ha servido para conocer la tarea silenciosa pero muy valiosa de sus trabajadores y para sorprenderse, entre otras muchas cosas, del orden lógico y secuencial de la exposición del museo. «No es solo una exposición de obras sino que ésta mantienen un orden razonable para explicar desde la importancia del marqués de la Vega-Inclán -fundador de la Casa del Greco- hasta el taller del Greco y lo acontecido tras su fallecimiento».
Para los dos está siendo una experiencia muy enriquecedora y gratificante en la que les está siendo muy útil su habilidad para hablar en público. Junto a ellos, próximamente otros cuatro voluntarios empezarán a enseñar el museo. No serán los únicos ya que los museos Victorio Macho, Museo del Ejército y Museo Sefardí también han solicitado voluntarios. A ser voluntario cultural mayor ha optado incluso una persona de 92 años que era «un pozo de sabiduría» -comentaba Javier- y que no pudo concluir el proceso porque este programa está dirigido a personas de entre 50 y 80 años.
Para aquellos interesados en visitar el museo acompañados por estos guías lo pueden hacer reservando en la dirección web reservas.mgreco@mcu.es y en el teléfono 925223665 para grupos de 15 personas como máximo. También acudiendo el mismo día a la taquilla se puede solicitar. Por el momento, y hasta que se incorporen nuevos voluntarios, las visitas guiadas serán los martes, miércoles y viernes a las 11:00 y a las 12:30 horas y los jueves a las 16:00 horas.
María López Pérez, del departamento de Difusión del museo, y Luis Alberto Pérez Velarde, del departamento de Colecciones, comentaban a encastillalamancha.es que enseñar a Javier y Emilio y al resto del equipo está resultando para ellos también una «estupenda experiencia», eso sin contar «el servicio tan importante que nos hacen ya que el 31 de enero el museo dejó de ofrecer visitas guiadas».
Las visitas no serán las únicas actividades en las que puedan participar ya que a finales de febrero tomarán parte en «Hablamos de…», en la que se dan cita niños con sus familias para abordar uno de los cuadros o de las piezas del museo y llevar a cabo un taller paralelo. Además, seguirán recibiendo conferencias técnicas por parte de los trabajadores del museo, viendo documentales, haciendo excursiones… Y es que -apuntaba Luis Alberto- «hay muchas formas de aprender».