«No es casualidad que haya 200 sinónimos de la palabra “puta” en el diccionario. El término se ha usado siempre para denigrar a las mujeres y se utiliza con especial desprecio para referirse a aquellas que se encuentran en el mundo de la prostitución.
Pero ellas no son “putas”; “putas” son las circunstancias de precariedad, violencia y engaño que las llevan a esa situación.
Este año, el 23 de septiembre, Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas, llega cuando se está tramitando en España la Ley de Libertad Sexual y está próxima a comenzar su trámite la Ley Integral contra la Trata.
Es, por tanto, una oportunidad única para conseguir mejoras en la vida de quienes son explotadas sexualmente.
En este contexto, nuestro objetivo es doble: por un lado, asegurar que esas normas incorporan alternativas sociales y laborales reales para que las lo deseen puedan decir #AdiósProstitución y por otro, combatir el estigma que sufren las mujeres prostituidas.
«Lo primero que escuché fue que soy una puta»
“A los 7 años el padre de mi mejor amiga abusó de su hija y de mí. Desde aquel momento, lo primero que escuché fue que soy una puta, sin saber siquiera el significado de la palabra. De ahí pasé a adolescente sin darme cuenta, sintiéndome puta, sin ser puta. Siempre tenía presente que iba a ser juzgada”. cuenta una de las mujeres que participaron en el estudio “La prostitución como forma de violencia de género”, publicado recientemente por Médicos del Mundo.
Un tercio de las mujeres entrevistadas en esta investigación habían sufrido violencia sexual de niñas. Algunas la siguen sufriendo ahora a manos de los prostituidores y se exponen además a agresiones en la calle. Según el seguimiento realizado por Feminicidio.net, en el período 2010-2019 fueron asesinadas 38 mujeres en prostitución.
Prostituirse es una decisión límite y a menudo ni siquiera es una decisión, sino un hecho al que se llega fruto del engaño o de la trata.
El estereotipo social las presenta como viciosas, próximas al mundo de la ilegalidad, vagas o que buscan ganar dinero fácilmente, pero la mayoría son cabeza de familia, es decir, tienen menores que dependen exclusivamente de ellas tras el abandono y la falta de responsabilidad económica del padre, y también a otros familiares dependientes a su cargo. Sus vidas son cualquier cosa menos fáciles.
Consecuencias de la prostitución y del estigma en la salud de las mujeres
La prostitución tiene graves consecuencias para la salud tanto física como psicológica de las mujeres. Por un lado, las violencias ejercidas por quienes recurren al sexo de pago les provocan desde desgarros o infecciones genitales a lesiones por golpes.
Por otro lado, las emociones que experimentan quienes están en prostitución son siempre negativas: cuando entran en la actividad, cuentan que sienten tristeza, dolor y desorientación, que luego se tornan en desconfianza, asco, humillación y vergüenza.
Todo ello afecta a su autoestima y a la imagen que tienen de ellas mismas, les provoca desde insomnio a frustración y las mantiene en continuo estado de alerta. Como organización sanitaria que somos, prevenir y paliar estos efectos perniciosos sobre la salud de miles de mujeres vulnerables es una de nuestras prioridades.»
Médicos del Mundo es una asociación independiente que trabaja para hacer efectivo el derecho a la salud para todas las personas, especialmente para las poblaciones vulnerables, excluidas o víctimas de catástrofes naturales, hambrunas, enfermedades, conflictos armados o violencia política