El Observatorio Astronómico de La Hita, en La Puebla de Almoradiel (Toledo), está de moda, por sus registros (como el reciente de la bola de fuego que sobrevoló el cielo la última Nochebuena), sus observaciones, sus proyectos, sus datos (que aparecen en organismos astrofísicos y universitarios de prestigio y en revistas científicas internacionales), las muchas visitas divulgativas que recibe…
Todo empezó en 1999, cuando un diseñador gráfico, Faustino Organero, desechaba el tejado de la casa de sus padres en La Puebla de Almoradiel para colocar en él su primer telescopio debido a la contaminación lumínica de la población y lo colocó en la casa de campo de su suegro, «porque no había otro lugar», recuerda con socarronería: en un lugar de La Mancha…
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«¿Ha cumplido su sueño, pues?, se le pregunta a Faustino Organero, presidente del Observatorio Astronómico La Hita, en La Puebla de Almoradiel (Toledo), referente en Castilla-La Mancha y ya en España, dado que comenzó con un telescopio de madera que pensaba poner en el tejado de casa de sus padres y ahora tiene seis. Todo indica que va a responder que sí, pero no, dice que el sueño sigue, el sueño de un aficionado a los cometas y las estrellas sigue, de ahí que haya llegado, junto a sus cuatro compañeros, adonde ha llegado la Fundación La Hita, la forma administrativa del Observatorio. Así se explica el milagro.
«¿POR QUÉ ESTE LUGAR? PORQUE NO HABÍA OTRO»
Organero recuerda los inicios de este milagro astronómico, de cómo pensó en un primer momento, allá por 1999, en el tejado de la casa de sus padres para colocar el primer telescopio, y de cómo desechó la idea dada la contaminación lumínica de la localidad. Tras ello pensó con éxito en la casa su suegro, en mitad del campo. «Es una pregunta recurrente, la del lugar: ‘¿Por que allí’? Sencillamente, porque no había otro lugar», se responde.
Faustino Organero, de profesión diseñador gráfico, recuerda que el Observatorio crecería ya en gran medida hasta hoy.
El Observatorio Astronómico La Hita, sito en plena llanura manchega, ha protagonizado hace unos meses un boom mediático por sus registros y observaciones, como el reciente de la bola de fuego que cruzó el cielo en la última Nochebuena («llevamos ya varios registros de estos», comenta Faustino).
«Todo se basa en no parar, en ir mejorando continuamente», añade Organero, quien, como el resto de sus compañeros, se toma el Observatorio como «hobby» de sus profesiones respectivas, a pesar de lo cual este centro, que no para de recibir visitas de escolares y adultos, ha reunido unos instrumentos usados en proyectos de investigación desarrollados por instituciones como el Instituto de Astrofísica de Andalucía y la Universidad de Huelva. Sus registros y datos también son reflejados en prestigiosas revistas internacionales, como Nature.
«NO BORREMOS LAS ESTRELLAS»
La Fundación La Hita aprovecha, a través de Faustino Organero, para hacer hincapié en la muy deficiente reglamentación existente en la actualidad en torno a la contaminación lumínica. «No existe regulación. Nosotros hemos recurrido a la expresión ‘borrar las estrellas’ para referirnos a los efectos de la contaminación lumínica», explica Organero, que urge a la aprobación de una ley «que salve las estrellas».
El presidente del Observatorio y la Fundación La Hita se refiere asimismo a los continuos proyectos de este centro astronómico, referentes a las adquisición de nuevos equipos, a la mencionada labor divulgativa, y en concreto a tres investigaciones, que van en tres líneas: la detección de meteoritos; el proyecto «Midas», de registros de impactos en la luna; y el estudio de planetas enanos.
Por último, el creador del centro incide en que el trabajo que se hace en el mismo es de equipo: además de él, se encuentran Leonor Ana Hernández, responsable de contenidos divulgativos; Fernando Sonseca, responsable técnico; Nacho Pastor, secretario de la Fundación La Hita; e Isidro Núñez de Arenas, encargado del software.