El 82 por 100 de los jóvenes castellanomanchegos no está dispuesto a compartir ni un solo trozo de chocolate con un político, según un estudio realizado por Kinder Bueno Mini sobre «Hábitos y costumbres en el consumo de chocolate».
El objetivo era averiguar las tendencias de la población de Castilla-La Mancha a la hora de consumir chocolate y a los políticos hay que sumar las exparejas (con un 16 por 100) y los suegros (con un 2 por 100) como los grupos de personas con las que no compartirían este alimento.
Eso sí, prefieren compartirlo con la pareja, la familia o los amigos (98 por 100), este dato queda desglosado en un 44 por 100 que lo compartiría con su pareja, un 31 por 100 con su familia, un 23 por 100 con sus amigos y el restante 2 por 100 con compañeros de trabajo.
Mejor comerlo a media tarde (el 52 por 100), aunque los hay que no se pueden resistir a comerlo por las noches (36 por 100) y por las mañanas (12 por 100).
Entre hombres y mujeres, ninguno de los dos indica excesiva generosidad en compartir su chocolate con sus superiores, con un 11 por 100 y 5 por 100, respectivamente.
Como dato curioso, el estudio refleja que el cajón de la ropa interior es el lugar donde las mujeres prefieren esconder su última porción de chocolate (al menos una de cada cinco), frente a los hombres que optan por el escritorio (uno de cada seis).