lunes, 25 de noviembre de 2024
Es lo que quiere el nuevo gerente 29/09/2012junio 13th, 2017

El nuevo gerente del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, Francisco Marí, está dispuesto a acudir a otros países para captar pacientes y así optimizar los recursos del centro, cuya ocupación ha caído en los últimos años debido, sobre todo, a la apertura de unidades de agudos en otros centros del país.

En declaraciones a Efe, Marí ha afirmado que, precisamente, la apertura de estas unidades en otras comunidades autónomas ha hecho que en los últimos años haya menos pacientes en el centro toledano, hospital de referencia nacional para el tratamiento de las lesiones medulares.


De las 220 camas con que cuenta el hospital, este verano estaban abiertas 130 (que han tenido una ocupación del 90 por 100), aunque este mes de octubre se abrirán 50 camas más, coincidiendo con la mayor actividad del centro y las revisiones médicas.

«Lo que intentamos es tener siempre un 90 por 100 de ocupación de las camas abiertas, porque lo que no tiene sentido es tener todas las camas abiertas y bajar el índice de ocupación a un 65 o un 75 por 100, pues éso es un desastre de gestión».

Para captar enfermos y rentabilizar las instalaciones, se plantean, además de abrir el hospital a otras patologías neurológicas como el daño cerebral o lesiones del aparato locomotor, distintas opciones, como acudir a las mutuas y aseguradoras de accidentes de tráfico y también ir a las embajadas para atraer a pacientes de otros países que no disponen de los medios que tiene el hospital toledano.

«Debemos movernos más a la hora de captar esta patología, bien visitando las compañías aseguradoras de accidentes de tráfico, acudiendo a las mutuas de seguros e, incluso, visitar las embajadas», ha dicho el director de Parapléjicos.

De lo que se trata -afirma Marí- es de salir al exterior y ofrecer a países extranjeros que no tienen estos servicios y decirles que aquí se pueden tratar.

Pone como ejemplo la «muy buena colaboración» que tienen con la embajada de Libia, que envía enfermos y también se les ha ofrecido, incluso, formar a sus profesionales para que las revisiones luego se puedan hacer en sus países de origen.

Pero, a diferencia de lo que ocurre en otros centros que tienen unidades de agudos, el hospital de Toledo ofrece un «tratamiento integral y una atención integradora» para que el enfermo, cuando deja el hospital al cabo de cinco o seis meses pueda hacer una vida lo más normalizada posible.

Marí recuerda que el hospital de Parapléjicos de Toledo cuenta con un equipo de educadores, pedagogos, psicólogos y se hace toda la terapia para que el paciente sea más autónomo, además de preparar psicológicamente a sus familiares.

También y como parte de la terapia, a los enfermos medulares se les implica en el mundo del deporte, mediante bicicletas adaptadas, baloncesto, ping-pong y tiro olímpico.

Así, Francisco Marí rememora lo que le dijo uno de los médicos rehabilitadores al encontrarse a pacientes que «tienen ganas de morir cuando llegan al hospital y cuando salen tienen ganas de vivir y eso va más allá de la parte sanitaria», enfatiza el gerente de Parapléjicos.

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