Algunos medios de comunicación esperaban a las puertas del palacio arzobispal de Toledo para asistir a un encuentro que había generado expectación a lo largo de la última semana. Se trataba de la reunión entre el secretario general de Podemos, José García Molina, y el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez. Al final, no se registró la foto de dicha reunión y todo lo que se conoció fue la valoración posterior de Molina, quien aseguraba que habrá nuevas citas.
Era una de las imágenes más esperadas del viernes 11 en Toledo, la del secretario general de Podemos de Castilla-La Mancha, José García Molina, y el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez. Se esperaba y habrá que seguir esperándola, porque los medios gráficos solo pudieron tomar la imagen de la llegada y de la salida del líder de Podemos.
Habían quedado a las 10, pero Molina llegaba diez minutos antes. Acompañado por el secretario de Comunicación de Podemos, Julio Pérez; el asesor político en las Cortes, David Veloso; y el responsable de prensa, Pau Garcés, llegaba a las 9.50 al palacio arzobispal saludando con un «¿qué tal?» a los medios allí concentrados.
Nadie dudó en seguirlos hasta el interior del arzobispado, aunque hasta ahí pudimos acompañarles, porque era una reunión privada y, igual que subimos las escaleras hasta la puerta donde les recibía una monja sorprendida por el «séquito» periodístico, bajamos a la calle para esperar su salida.
Hubo saludo con un apretón de manos, contaron después José y Julio (que estuvieron junto al arzobispo y el ecónomo Anastasio Gómez); fue una reunión de hora y cuarto, «interesante, en muy buen tono y con cierto nivel». Un primer encuentro del que se sabe que fue cordial.
Tras una hora y cuarto esperando a las puertas del palacio arzobispal, salió José García Molina, eso sí, lo hizo por la puerta de la calle Trinidad, más directa a la calle desde el despacho donde se habían reunido que aquella otra por donde entró una hora antes.
Al ver a los medios esperando su valoración, bromeaba Molina diciendo que había más expectación en este encuentro que la generada por los presupuestos; al tiempo que insistía en que «la reunión ha ido bien» y eso que se habló de educación concertada, de los servicios religiosos en los hospitales…, temas de actualidad y polémicos que desde Podemos querían tratar también con una de las partes implicadas, como es la iglesia católica.
«He querido tranquilizarle (a Braulio Rodríguez) diciéndolo que cuando nosotros hemos dicho que íbamos a asaltar los cielos no nos referíamos al reino de Dios, nos referíamos a las conquistas sociales en la tierra». Molina ha puntualizado que «nunca se ha tratado de un ataque a la fe, ni a las religiones, ni a las confesiones, ni a la libertad de nadie para ejercer en el espacio público también su confesión, su ideología, sus opiniones o sus creencias».
Tras la aclaración, incluso hubo momentos para hablar del Papa Franciso, que gusta a Podemos; y llegó el fin de la cita no sin antes ser emplazados a un nuevo encuentro, que se celebraría incluso con las familias católicas y la Concapa, porque «hablando se puede entender la gente, aunque pensemos diferente».
Eso sí, pensar diferente, piensan; de hecho, «ha habido diferencia de criterio, pero también la voluntad de encontrar elementos comunes»; aunque al final, Molina se queda con el «debate interesante» que ha mantenido con el arzobispo al que ha visto «tranquilo, explicando su posición igual que nosotros defendemos la nuestra».