El joven toledano Alejandro González Mateo es el creador del cortometraje «Marcelino», un proyecto audiovisual en el que echa mano de iconos de la tierra como el vino para contar una historia ambientada en el mundo rural, una historia que bien podría ser real pero a la que ha introducido elementos surrealistas y oníricos que invitan al espectador a hacer volar su imaginación.
En esta cinta el autor juega con la poesía, los sueños, los saltos en el tiempo y los estereotipos para narrar un relato de 14 minutos con forma de vídeo-arte. Para ello ha empleado como hilo conductor poemas sobre el vino de autores españoles y latinoamericanos.
Este corto, que será presentado en concursos y festivales y que ha sido rodado en la localidad conquense de Horcajo de Santiago, es el proyecto de fin de carrera de Alejandro, de tan solo 23 años y que acaba de graduarse en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Burgos. Actualmente hace publicidad para la empresa Decathlon y entre sus trabajos también se encuentra una guía turística de cuatro vídeos que muestran, mediante poesía, la ciudad de Oporto.