Hoy, 20 de febrero, se celebra el Día Mundial de la Justicia Social, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2007. Es un buen momento para resaltar el esfuerzo que hemos emprendido en Castilla-La Mancha para recuperar con medidas concretas el respeto a los valores universales que definen la justicia social, empezando por la dignidad humana y la igualdad de oportunidades para todos.
Nunca podremos presumir de una sociedad en la que impera la justicia social, si los derechos humanos no son respetados y si seguimos olvidando que las personas más desfavorecidas han de contar con oportunidades reales de desarrollo personal y social.
Lo cierto es que, lamentablemente, sigue ensanchándose la brecha entre pobres y ricos en el mundo, y no solo entre países, que también, sino dentro de cada país. Esta realidad, esta consecuencia de la crisis y del modo en que se ha respondido desde los gobiernos, también es patente en los países más prósperos, incluido el nuestro.
Como presidente de nuestra tierra no puedo ni quiero permanecer impasible ante esta realidad, resignarme a un “así son las cosas por culpa de otros”. Desde el primer momento me comprometí a gobernar por y para las personas, especialmente aquellas en mayor riesgo de exclusión, y a ello estamos dedicando un enorme esfuerzo presupuestario y, sobre todo, personal. Estoy plenamente convencido de que no hay ningún aspecto de la desigualdad que sea inevitable, ni tolerable, y por eso mantengo mi compromiso de trabajar día a día contra la pobreza, la exclusión y el desempleo, apostando siempre por la solidaridad, la armonía y la igualdad de oportunidades para las mujeres y hombres de Castilla-La Mancha.
En nuestro esfuerzo por compensar las desigualdades existentes, acabamos de concebir el Plan Integral de Garantías Ciudadanas para contribuir, de manera integral e integradora, a la efectividad de la prestación de servicios públicos y reformar el sistema de protección social. Asimismo, creamos la oficina regional para atender a las personas refugiadas que decidiesen iniciar un nuevo proyecto de vida en nuestra Comunidad Autónoma. Reforzamos las plantillas para agilizar los expedientes de Dependencia, movilizamos un Plan de Humanización de la asistencia sanitaria, movilizamos un Plan de Empleo para parados de larga duración sin ingresos familiares, agilizamos los convenios con ayuntamientos y entidades del Tercer Sector, etc. Nos queda mucho por hacer, pero establecemos clara nuestra prioridad.
Este día Mundial de la Justicia Social, es un buen momento para para renovar el compromiso de Castilla-La Mancha con esta importante causa. Nuestro futuro como sociedad exige no dejar a nadie atrás, especialmente a quienes están menos protegidos: las personas con menos renta, los jóvenes a la búsqueda de un presente y la infancia.
En Castilla-La Mancha hemos reorientado las políticas a la creación de las condiciones necesarias que permitan desarrollar una sociedad justa y equitativa en términos económicos, sociales, culturales y, por supuesto, en oportunidades para mujeres y hombres.
Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha.