El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha publicado una guía de viaje en la que fomenta el rechazo a las compras de productos falsificados. Así, ha puesto diferentes ejemplos como es el hecho de irnos de vacaciones y poder comprar fácilmente a un precio muy barato un producto que se presupone de marca y de gran calidad.

Cada vez es más fácil encontrar todo tipo de productos falsificados en el mercado. Por ello, desde el Ministerio dan una series de precauciones con las que evitar comprar falsificaciones: si el precio es muy barato, sospechemos de las gangas; cuando observemos que la calidad es menor que la esperada; si el producto huele a pegamento, químicos o plástico; si el envasado o el etiquetado es de poca calidad; si el lugar en el que se ha comprado el producto no es normal que se venda ahí…

«… recuerde, si es demasiado bueno para ser cierto, probablemente no lo sea»

En el caso de haber comprado un producto falso, el Ministerio aconseja ponernos en contacto con el vendedor para cancelar la compra; el vendedor original debe conocer que se están vendiendo productos falsos de su marca. Para ello, puede aportar imágenes del producto, el lugar donde se compró y la fecha de la misma. Esto es un hecho denunciable, por lo que puede avisar a la Policía Nacional o Local.

Algunas de las consecuencias de comprar productos falsificados son: el comprador del producto se expone a un objeto de baja calidad que no podrá descambiar y que podrá atentar a su salud. Las falsificaciones son un negocio promovido por las mafias, de modo que estamos ayudando a que ellos ganen dinero y a que exploten a miles de ciudadanos.

Las empresas privadas a quienes les quitan sus diseños y trabajo pierden dinero e imagen. Además, el medio ambiente se ve vulnerable al producir sin normas de protección ni protocolos de trabajo que promueven la reducción, el reciclaje o la reutilización.