viernes, 18 de octubre de 2024
Antonio Espíldora, director de Cáritas Toledo 14/12/2015junio 7th, 2017

Los pobres ya no parecen pobres. He oído contar a gente que trabajas en organizaciones como esta que se han encontrado en la cola de los alimentos a amigos suyos, gente perfectamente integrada y que incluso tenía trabajos bien remunerados… Hay prejuicios hacia determinadas etnias, como los gitanos; y colectivos de inmigrantes, como los musulmanes. ¿Cuál es la experiencia de Cáritas, ha lugar para la sospecha sin más…?
No se pierdan las respuestas de Antonio Espíldora, director de Cáritas Toledo. Las pueden leer en las próximas líneas y en la entrevista que publicamos íntegra en portada.

Los pobres ya no parecen pobres. He oído contar a gente que trabajas en organizaciones como esta que se han encontrado en la cola de los alimentos a amigos suyos, gente perfectamente integrada y que incluso tenía trabajos bien remunerados.


Sí. Sobre todo, lo que más ocurre es que te llegan noticias de lo mal que lo está pasando una persona, no a través del propio interesado. Estamos detectando vergüenza… Sigue existiendo vergüenza por pedir. Cada Cáritas parroquial actúa como puede, hay personas a las que solamente una persona de la parroquia sabe que se les ayuda y no vienen, sino que se va a su casa a llevarle la ayuda a deshoras, para que nadie lo vea en el pueblo. Intentamos que cualquier persona que necesite ayuda acuda a nosotros y aprovecho para decirlo. Si tiene más confianza con una persona en concreto, o con el delegado episcopal, que es sacerdote, con José María Cabrero… Podemos ayudarlos, perfectamente, sin preguntar demasiado y sin necesidad de saber si antes tenían mucho sueldo y ahora tienen poco. Sí, hay personas que tiene vergüenza de acudir a un programa o a una Cáritas determinada, que hablen directamente con el equipo directivo y les ayudamos con toda discreción.

“LA SOCIEDAD ESPAÑOLA ES POCO INTEGRADORA, LA GENTE QUE SALE DEL CIRCUITO NO TIENEN FÁCIL VOLVER A ENTRAR Y SE VA PERPETUANDO DE PADRES A HIJOS”

Hay prejuicios hacia determinadas etnias, como los gitanos; y colectivos de inmigrantes, como los musulmanes. ¿Cuál es la experiencia de Cáritas, ha lugar para la sospecha sin más?

Hay prejuicios. Desgraciadamente en España hay unos determinados grupos étnicos que viven en una situación de exclusión y es un círculo vicioso del que es muy complicado salir. Lo que es evidente es que nuestra sociedad no es una sociedad especialmente integradora, todos los informes que van saliendo año tras año lo ponen de relieve, que el que sale del circuito es muy complicado que vuelva a entrar. Por eso cuando hay épocas de crisis es muy complicado volver a integrar, porque se demuestra que la sociedad española es poco integradora; por lo tanto, es evidente que la gente que sale no tiene fácil volver a entrar y se va perpetuando la situación de padres a hijos. Este año queremos empezar un proyecto con familias gitanas intentando ayudarles en lo que ellos se sienten cómodos haciendo; si hoy por hoy es complicado que ellos accedan a determinados empleos o ellos no se adaptan a un determinado tipo de empleos fijos o de jornada ordinaria y hay una familia que puede vivir teniendo un puesto en un mercadillo, pues es una forma honrada de ganarse la vida. Queremos, poco a poco, ver exactamente sus necesidades, hacerles algún préstamo, un seguimiento, ver si pueden montar un pequeño negocio para salir adelante. Porque mientras no rompamos la cáscara inicial no podremos ir más abajo, hasta que no consigamos que los padres tengan un trabajo desahogado para que los hijos puedan ir al colegio no vamos a lograr el objetivo.

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