domingo, 24 de noviembre de 2024
28/08/2014junio 9th, 2017

Una oreja cada uno pasearon los diestros Juan José Padilla e Iván Fandiño en el último festejo de la feria de San Julián de Cuenca, en el que David Fandila «El Fandi» fue ovacionado en sus dos faenas.

Cinco toros de Fuente Ymbro, aceptablemente presentados, nobles y mansos. El sexto fue un sobrero de Los Chospes, el mejor de la corrida.


Juan José Padilla: estocada (oreja); y media y cuatro descabellos (ovación tras aviso).

David Fandila «El Fandi»: estocada muy baja (ovación tras aviso); y dos pinchazos y descabello (ovación).

Iván Fandiño: dos pinchazos y estocada (palmas); y estocada y descabello (oreja).

En la enfermería fue intervenido el banderillero Manuel Rodríguez «El Mambrú» de una «cornada abierta en parte externa de pierna derecha, contusión inguinal derecha y cornada en cara externa de muslo izquierdo. Pronóstico menos grave».

La plaza tuvo dos tercios de entrada.

UNA FERIA SIN TRACA FINAL

No pudo empezar peor la tarde con la cornada que le infirió el toro que abrió plaza al banderillero Manuel Rodríguez «El Mambrú». El subalterno perdió pie a la hora de refugiarse en el burladero, y el astado le alcanzó de lleno infiriéndole dos cornadas, una en cada pierna, por lo que fue trasladado a la enfermería de la plaza.

Con la congoja aún en el cuerpo, su jefe de filas, Juan José Padilla, se encargó de levantar el ánimo en los tendidos con una primera faena de tanta entrega como poderío ante un animal con peligro sordo, que reponía sus embestidas a mitad del muletazo.

El jerezano, que banderilleó con soltura, lo toreó con suavidad y aplomo en muletazos de uno en uno, pero que conectaron lo suficiente con la gente para, tras una certera estocada, poder pasear una oreja.

No pudo redondear la Puerta Grande Padilla con el cuarto, con el que nuevamente brilló con los rehiletes, y al que cuajó una faena marca de la casa, en la que no faltaron pasajes de rodillas en la apertura y los desplantes y guiños finales, pasando por un toreo fundamental largo y templado. Pero cuando tenía el triunfo más que asegurado se atascó con el descabello.

El Fandi salió como un torbellino en su primero, al que saludó de larga cambiada en el tercio, enjundiosas verónicas posteriores y un garboso galleo por chicuelinas para ponerlo en suerte en el caballo, antes de cuajar un notable tercio de banderillas. Con la muleta aprovechó el granadino la bondad del de Fuente Ymbro para, tras un prólogo de rodillas, torear con limpieza por ambos pitones.

El astado, un punto manso, «se dejó» mucho y El Fandi sacó todas sus armas tanto en el toreo fundamental como en los «efectos especiales» finales. La infame colocación de la espada le privó de «tocar pelo», conformándose finalmente con una tibia ovación.

En el quinto mostró El Fandi idéntica imagen de entrega y animosidad. Nuevamente recibió al astado de hinojos para volver a protagonizar un clamoroso tercio de banderillas, con un cuarto par de regalo. Pero en la muleta no pudo ser. El astado se defendió soltando mucho la cara hasta que se apagó, motivo por el que El Fandi, todo voluntad, volvió a ser ovacionado al finalizar su labor.

Fandiño no tuvo tela que cortar en su primer turno ante un toro en el límite de las fuerzas con el que anduvo técnicamente perfecto pero sin trascender lo suficiente.

El sobrero de Los Chospes que salió en sexto lugar fue, a la postre, el mejor toro el envío hasta que se rajó. Fandiño lo toreó con mucho pulso y largura sobre todo con la mano diestra, por donde surgieron las tandas más compactadas. Importante labor del de Orduña, con el único lunar del descabello que precedió a la estocada final. Cortó una oreja.

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