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analizan las consecuencias del proyecto 22/06/2014junio 9th, 2017

El Almacén Temporal Centralizado (ATC) proyectado por el Gobierno de España para almacenar residuos radiactivos de alta actividad se convertirá, de construirse definitivamente en Villar de Cañas (Cuenca), en «una nueva amenaza para el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel».

Así de tajantes se han mostrado los representantes de las organizaciones que han visitado el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel para alertar de las «nefastas» consecuencias que una fuga nuclear tendría para los habitantes de La Mancha Húmeda y para los principales espacios naturales que se encuentran en la zona.


La Plataforma en contra del Cementerio Nuclear de Cuenca, junto con la plataforma Salvemos Las Tablas ¡Ya!, han informado a los visitantes del parque nacional de cómo este importante humedal se podría ver seriamente afectado en caso de que se produjera un escape nuclear en el ATC.

«No es algo improbable, ni es tan imposible que pueda ocurrir», ha asegurado a Efe Job Moya, miembro de la Plataforma en contra del Cementerio Nuclear de Cuenca, que ha recordado que Villar de Cañas se encuentra situado junto a la zona inundable del río Záncara, en unos terrenos que se inundan con facilidad y en el que el nivel freático del agua queda por encima de las instalaciones nucleares.

Esto significa, ha explicado, que si, «por algún motivo, se produce una fuga nuclear de estas instalaciones, el agua tanto superficial como subterránea que circula por la zona puede acabar contaminada y llegar hasta lugares asociados, como los acuíferos 19 y 23».

Y ha subrayado que, de este último acuífero, dependen humedales como Las Tablas de Daimiel o muchas otras lagunas de La Mancha Húmeda.

Moya ha recordado también que el río Záncara aporta de media 74 hectómetros cúbicos al corazón del acuífero 23, del que «cada día se abastecen de agua miles de personas, que también estarán en una situación de riesgo en caso de que se produzca una contaminación radiactiva».

El máximo desbordamiento previsto para el río Záncara en Villar de Cañas se queda a tan sólo unos metros del ATC, por lo que, según Moya, «la radiactividad podría alcanzar las llanuras de inundación manchegas en uno o dos días».

Con todo, ha advertido de que el principal riesgo de contaminación de las aguas del Záncara puede que no radique en el ATC propiamente dicho, sino en su Centro Tecnológico Asociado, donde se prevé manipular los residuos radiactivos.

Residuos, ha recordado, que se encuentran a 350-400 grados centígrados y dependen del agua para su refrigeración que «algún día dejará de ser convenientemente depurada y acabara envenenando el río, desde donde llegará a los acuíferos y a espacios naturales como el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel».

Por su parte, Carlos Villeta, miembro también de la Plataforma en contra del Cementerio Nuclear de Cuenca, ha recordado que estas semanas se abre un proceso muy importante de cara al futuro del ATC, cuyo estudio de impacto ambiental ha salido a información pública, tras «un proceso muy opaco», por lo que ha animado a presentar alegaciones al proyecto.

Alberto Celis, miembro de la Plataforma Salvemos Las Tablas ¡Ya!, ha señalado a Efe que esta plataforma, a través del representante de Ecologistas en Acción en el Patronato del Parque Nacional, va a pedir que este órgano, en su próxima reunión, manifieste cuál es su posicionamiento.

Celis ha comentado que, en opinión de los colectivos que luchan por la conservación del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, el patronato debería presentar alegaciones al proyecto, «porque no está garantizado que una fuga nuclear no pueda afectar a este espacio protegido, que forma parte de la Reserva de la Biosfera».

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