El médico se tuvo que defender como pudo y lo hizo poco menos que a puñetazos. Además, dos facultativas fueron empujadas y agredidas, además de los múltiples insultos que tuvieron que soportar los trabajadores del servicio de Urgencias del hospital Nuestra Señora de Talavera durante el pasado 1 de noviembre, tal y como ha hecho público hoy el Sindicato de Médicos de Castilla-La Mancha (CESM).
Tal y como ha confirmado su portavoz, Miguel Méndez-Cabeza, a encastillalamancha.es, los hechos se produjeron cuando dos facultativas «fueron cobardemente agredidas por un grupo de usuarios y sus acompañantes, siendo herida una de ellas».
Hechos que, según la nota del CESM, «son constitutivos de delito y no puede el Sescam (Servicio de Salud de Castilla-La Mancha) mirar para otro lado mientras sus profesionales son injuriados y agredidos físicamente. La administración debe tomar las medidas necesarias de oficio en defensa de estos empleados públicos y no basta con que se dé curso a un expediente de los denominados Perseo, que no dan en absoluto la respuesta terminante que estos hechos tan graves precisan».
Y no entienden cómo «el Sescam se persona si se produce un daño en el material o aparataje y no lo hace si el daño físico se produce sobre los propios trabajadores». Y piden que se refuercen «las medidas de seguridad en un servicio tan problemático como es el de Urgencias, especialmente desde que el cierre de camas hace que se produzca un aumento de la carga de trabajo de sus facultativos y del resto de personal que puede llevar por las esperas generadas a situaciones de tensión con los pacientes de las que los trabajadores no son en absoluto responsables».