El consejero de Educación, Cultura y Deportes de Castilla-La Mancha, Marcial Marín, ha valorado la «función esencial» que cumple el bachillerato de excelencia en el sistema educativo de la región, ya que «da a los alumnos con altas capacidades una oferta académica que no existía» con anterioridad.
Marín ha realizado estas valoraciones durante su visita a unos de los centros educativos que han implantado este curso escolar el bachillerato de excelencia, el IES Cristóbal Lozano de Hellín.
El consejero ha destacado que, este año, un total de ocho institutos del a región, han seguido la «estela» de los cinco centros que implantaron el bachillerato de excelencia el curso pasado de manera «experimental» y que obtuvieron unos resultados «excelentes».
Así, ha indicado que el Instituto «Isabel Perillán y Quirós», de Campo de Criptana, obtuvo una media académica superior al 7; «Las Salinas» de Seseña, logró un 8,91; el «Liceo Caracense» de Guadalajara, un 7,89; el «Aguas Vivas» también de Guadalajara, un 7,61; y el «Julio Rey Pastor» de Albacete, un 9,4 de media.
El Bachillerato de Excelencia está dirigido a los alumnos con una nota igual o superior al 7 en 4º de la ESO y los estudiantes de esta modalidad cuentan con un horario ampliado en cinco periodos lectivos semanales para reforzar y ampliar materias como Lengua Castellana, Historia o Matemáticas.
Además, están inmersos en la preparación del nivel B2 del Marco Común Europeo de Referencia para Lengua Extranjera, realizarán prácticas en empresas, asistirán a conferencias en la Universidad de Castilla-La Mancha y elaborarán un trabajo interdisciplinar que se expondrá oralmente en castellano o en inglés al término del curso.
Marín ha resaltado que la intención del Gobierno regional a la hora de implantar el bachillerato de excelencia en las aulas castellanomanchegos es «incentivar la cultura del esfuerzo y fomentar la excelencia».
«La mejora de la calidad de la enseñanza pasa por combinar las clases de refuerzo para los alumnos que no alcanzan los rendimientos académicos suficientes, con la puesta en marcha de programas de profundización de conocimientos para aquellos que tienen mayores capacidades», ha afirmado.
En este sentido, también ha mostrado su satisfacción por la reducción en la tasa de abandono prematuro de las aulas de Castilla-La Mancha, al pasar del 33,5 al 26,6 por ciento en tres años y ha confiado en que cuando termine el año, esta dato estará en el 20 por ciento, con el objetivo de llegar al 15 por ciento en en 2020, «que es lo que exige Europa».
«Nunca se ha hecho tanto en tan poco tiempo en la educación de Castilla-La Mancha. Este descenso del abandono prematuro de las aulas nunca había llegado a estos niveles», ha destacado el consejero.