Triunfal tarde de toros en la novena edición de la corrida a beneficio de Aspaym para afectados por lesión medular, celebrada en Illescas (Toledo), en la que Eugenio de Mora, César Jiménez y Morenito de Aranda salieron a hombros tras repartirse ocho orejas.
Toros de Conde de Mayalde, de buenas hechuras, bien presentados en general a excepción de los pitones astillados del cuarto y el pitón derecho del sexto. Nobles y manejables, aunque no sobrados de fuerza. El mejor, el sexto, de nombre «Buzonero», número 5, premiado con la vuelta al ruedo.
Eugenio de Mora, dos orejas y oreja con petición de la segunda.
César Jiménez, oreja y oreja.
Jesús Martínez «Morenito de Aranda», oreja tras aviso y dos orejas tras aviso.
La plaza tuvo casi tres cuartos de entrada.
El toreo volvió a arrimar el hombro a la hora de apoyar causas necesitadas de ayuda. En esta ocasión, el festejo, que por noveno año se organizó a beneficio de Aspaym, para los afectados por lesiones medulares, se saldó con un éxito de público notable y pasajes de toreo muy aceptables.
Lo mejor llegó en la faena al toro más encastado y con más fondo de la corrida de la corrida.
Fue en el sexto, y con él Morenito de Aranda se gustó con el capote de salida. Si bien tardó en acoplarse en la faena de muleta, con toques demasiado bruscos en las primeras tandas, a medida que el torero se templó en los cites, el toro hizo lo propio, y durante la fase final del trasteo surgieron bellísimos muletazos por abajo mientras los tendidos pedían el indulto -no concedido- para el toro.
En el primero de su lote el burgalés se las vio con un toro que tuvo movilidad pero careció ritmo. Dejó chispazos de elegancia, aunque no pudo redondear faena.
Eugenio de Mora volvió a protagonizar dos faenas en las que derrochó firmeza de plantas, mando en el trazo de sus muletazos con ambas manos, y unas ganas propias de alguien que quiere abrirse paso en el toreo, aunque él ya está «de vuelta».
Aunque más que de vuelta, él lo que demuestra es que quiere estar de vuelta, pero en las ferias. Y nivel para estar lo tiene. Su desventaja es el tratarse de un torero que no es novedad en absoluto. Sin embargo ello no debería impedirnos ver su gran momento actual.
César Jiménez destacó en sus dos faenas manejando la mano izquierda. En el tercero de la tarde hubo fases de naturales al ralentí, en un trasteo muy bien rematado con la espada al segundo intento. En el segundo de su lote anduvo asentado y templado ante un oponente al que le faltó fuelle.