Los rejoneadores Sergio Galán y Diego Ventura protagonizaron un triunfal mano a mano de toreo a caballo en la plaza de toros de Cuenca, de la que salieron a hombros tras cortar dos orejas cada uno, en la tarde del martes 26.
Toros de Pallarés, reglamentariamente «afeitados» para rejones y manejables en conjunto. Primero y tercero, los más deslucidos.
Sergio Galán: rejón y, pie a tierra, descabello (ovación); cuatro pinchazos y rejón (ovación); y rejón (dos orejas).
Diego Ventura: rejón (oreja); rejón (oreja); y tres pinchazos y rejón (vuelta al ruedo).
La plaza tuvo más de tres cuartos de entrada.
GRAN DUELO ECUESTRE
Volvía Sergio Galán a la plaza de su tierra logrando un triunfo «in extremis» al cortar las dos orejas de su tercer oponente, en el mano a mano triunfal que dirimió con Diego Ventura, que salió también a hombros al lograr un apéndice en sus dos primeros toros.
A su primero lo recibió con el caballo «Ojeda», con el que puso dos rejones de castigo, el segundo algo excesivo, pues en banderillas lo acusó, parándose pronto, lo que propició que la labor no adquiriera el eco suficiente.
Con su segundo, Galán brilló montando a «Trópico», pero la faena aquí se esfumó por el mal uso del rejón de muerte, siendo nuevamente ovacionado.
Pero el triunfo le llegó en el quinto, un toro bueno para hacer el rejoneo con el que Galán conectó mucho con sus paisanos, a los deleitó sobre todo con «Apolo». Esta vez mató a la primera y cortó las dos orejas.
El otro contendiente en la tarde, el hispanoluso Ventura, empezó la tarde cortando una oreja a su primer toro, al que cuajó sobre todo montando a «Nazarí». Estuvo eficaz a la hora de matar y paseó el primer apéndice de la función.
El cuarto fue un toro complicado, que no atendía a las monturas, con el que Ventura hizo un notable esfuerzo con «Chalana». Nuevamente acertó a la primera con el rejón definitivo y logró un nuevo trofeo.
Pudo haber redondeado algo más grande Ventura si no llega a pinchar al sexto, al que paró magistralmente con la yegua «Cigarrera» yéndose a portagayola con la garrocha, y en el que logró los momentos más intensos con los mordiscos de «Morante» y en el epílogo con «Remate». Pero falló con el rejón de muerte y dio una vuelta al ruedo.