Llegó hace apenas unos días a Estocolmo (Suecia), convencido de que hay una forma de cambiar los cánones establecidos entre política y religión, y por ello ha participado en el Congreso Trianual de la Liga Internacional de Socialistas Religiosos, quienes durante todo el fin de semana han debatido sobre el siguiente tema: «¿Cómo podemos movilizar a la izquierda religiosa? La religión, una fuente de inspiración para la liberación, la justicia social y la Democracia».
Hablamos del castellano-manchego (toledano de Tembleque) Fernando Redondo, quien ha ido en su condición de secretario federal de Cristianos Socialistas y miembro de la representación española que se ha completado con Carlos García de Andoin, coordinador federal de Cristianos Socialistas y quien fuera director adjunto de gabinete de Ramón Jáuregui cuando era ministro de Presidencia, además de asesor de la exvicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega) y por Anyes Segura, responsable de Organización de Cristianos Socialistas.
Han sido en total 50 personas llegadas a Estocolmo de toda Europa y de Sudáfrica, Estados Unidos, Filipinas o Túnez; y la diversidad religiosa socialista ha sido múltiple (cristianos, protestantes, católicos, musulmanes, judíos y de otras confesiones religiosas). Un congreso que organizaba la ILRS (Religious Social Democrats in Sweden) y en el que ha colaborado de forma directa la Fundación y Centro Internacional «Olof Palme».
El congreso lo inauguró Ann Linde, secretaria internacional del Partido Socialdemócrata de Suecia, quien recalcó que la religión «es una fuerza poderosa» y que «las creencias religiosas pueden llevar al deseo de participar en la lucha por una sociedad caracterizada por la libertad, la igualdad y la justicia».
EL LAICISMO, UNA AMENAZA PARA EL PLURALISMO
Se puso de manifiesto, tal y como indicó el propio Fernando Redondo a encastillalamancha.es, que son muchas las personas de diferentes religiones que quieren tomar la acción, «también en la vida cotidiana, para construir entre todos una sociedad más justa».
Trabajaron sobre la justicia social y la religión o sobre el laicismo como una amenaza para el pluralismo y la diversidad en la sociedad, los derechos humanos, aportaciones realizadas desde diferentes perspectivas religiosas».
Redondo expuso en el congreso que «desde las creencias religiosas se puede y se debe trabajar para lograr una Humanidad plena. Y más en estos momentos, donde debemos recobrar una ética amiga de las personas, una ética del cuidado, una ética de la persona, para centrar las políticas y las decisiones en la persona».
Este toledano consideraba la experiencia como «verdaderamente impresionante. Por lo que supone de contribuir al cambio y poder compatibilizar públicamente Fe y Política, ambas necesarias, para alguien que ha demostrado que trabaja desde la solidaridad y desde la base para construir y crear desde la parroquia, desde la Iglesia y de un compromiso de misión que es compartido en varios ámbitos».
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