lunes, 25 de noviembre de 2024
El último descubierto tiene tres metros 19/02/2013junio 13th, 2017

Una nueva especie de lagarto cretácico encontrada en el yacimiento de Lo Hueco (Cuenca) ha permitido, a través del estudio de sus vértebras, reforzar la hipótesis de que los mosasaurios, los grandes lagartos acuáticos del Cretácico, tienen un origen terrestre.

El último hallazgo de la colección del yacimiento conquense de Lo Hueco es un lagarto de tres metros de longitud, similar a los varanos de Komodo, del que tan sólo han aparecido restos de unas cuantas vértebras.


Según ha explicado a EFE el investigador de la UNED Francisco Ortega, el estudio histológico de este nuevo ejemplar ha revelado que tiene hábitos terrestres aunque pertenece a los mosasaurios, lo que refuerza la tesis del origen terrestre de esta familia de reptiles.

Ortega ha explicado que se trata de una nueva especie que aún no está bautizada y que, como los demás restos de Lo Hueco, está datado en el Cretácico Superior, hace 70 millones de años, y tan sólo hay un ejemplar parecido en Japón aunque datado en el Cretácico Inferior.

«Teníamos un representante de hábitos terrestres de un grupo concreto como son los mosasaurios, predominantemente marino. Esto encajaba con una hipótesis establecida a partir de las vértebras del ejemplar de Japón de que el antepasado común, el ancestro de los mosasaurios que reinaron en los mares cretácicos, eran formas parecidas a las de Lo Hueco, grandes lagartos terrestres que de alguna forma hicieron el tránsito al medio acuático a finales del Cretácico», ha explicado Ortega.

El investigador ha señalado que el yacimiento de Lo Hueco, con una colección que supera las 8.000 piezas, está empezando a dar muchos frutos, pese a que los medios son limitados y no han permitido aún realizar un estudio en profundidad.

«La colección de Lo Hueco es enorme, a la que nos aproximamos poco a poco por cuestiones de recursos y, a pesar de ello, a pesar de que rascamos sólo en la superficie de la colección y no nos metemos con el núcleo duro de los dinosaurios saurópodos porque todavía no tenemos capacidad para hacerlo, vamos encontrando resultados llamativos», ha manifestado.

Ortega considera que resultados como esta nueva especia o la reconstrucción virtual del cráneo de Ampelosaurus conocida hace unas semanas «van a contribuir a que podamos invertir más tiempo y recursos en la colección y poder incrementar el conocimiento».

Francisco Ortega es uno de los cuatro investigadores que han publicado en la revista Paläontologische Zeitschrift el estudio sobre este descubrimiento.

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