miércoles, 27 de noviembre de 2024
Es una iniciativa de "Bosques sin fronteras" 28/10/2015junio 7th, 2017

Por segundo año consecutivo, España participa en el concurso para elegir el Árbol Europeo del Año 2016, una cita organizada por «Bosques sin fronteras» en la que, al margen de la historia, la antigüedad, el tamaño o la belleza de los ejemplares, lo que se tiene en cuenta es lo que simboliza para los vecinos del entorno.

Imagen de «La Carrasca», en Guadalajara.


Entre los candidatos a ser el que represente a España se encuentra una encina de 13 metros de altura de Guadalajara bautizada como «La Carrasca» y localizada al pie de un camino rural que transcurre desde El Pedregal (Guadalajara) hasta Blancas (Teruel).

Esta encina, cuya proyección de la copa se extiende por 235 metros cuadrados y que se encuentra rodeada de quejigos y tomillos, «es un ejemplar rico en huecos y en madera muerta, un hábitat valioso para la vida silvestre además de ser un icono para este paisaje histórico». Se presenta también como un árbol «con un sistema radial potente, formado por una raíz principal fuerte y penetrante y raíces laterales de gran vitalidad y desarrollo, entre las que no faltan algunas superficiales capaces de dar nuevos retoños. Las ramas principales son robustas, y con las otras más pequeñas, forman una copa frondosa de color oscuro verde grisáceo de forma ovoidal. Tiene una gran resistencia al frio. Soporta grandes temperaturas y grandes sequias».

Lo que le hace peculiar es que es la encina más antigua del término, muy querida y respetada por generaciones, que incluso ha servido de refugio para pastores, caleros, agricultores, segadores, leñadores…

Está enclavada en el valle «Dehesa de la Parra», un lugar de esparcimiento tanto para los guadalajareños como para los turolenses ya desde principios del siglo XX. 

«La Carrasca» también compite con otros ejemplares de Burgos, Alicante, Madrid, Pontevedra y Asturias.

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