martes, 26 de noviembre de 2024
"Ver cómo llega la gente a pasar un buen rato te recompensa" 27/08/2015junio 8th, 2017

Un pie por aquí y el otro por allá para colocar el arnés. El casco bien sujeto con la cinta bajo la barbilla. Mientras uno de los empleados prepara a los intrépidos aventureros, otro compañero, encima de la plataforma que asoma al Tajo, sujeta bien los arneses y da el empujón final. Es la rutina de todos los días en la tirolina Fly Toledo…
Con el final de las vacaciones ya próximo y con la tregua de temperaturas de la capital castellanomanchega durante los últimos días, muchos negocios se preparan para emprender otra vez la rutina. Pero bajo el sol de este interminable julio en Toledo, han sido muchos a los que este verano les ha tocado quedarse trabajando.

Mientras la piedra de edificios y calzadas guardaba el calor del día convirtiendo a Toledo en un horno, hay quien se ha pasado el verano en el trabajo para atender a quienes disfrutaban de un periodo de descanso. Las vacaciones no serían de verdad vacaciones si no hubiera alguien para hacer la jornada lo más agradable posible a los visitantes.


Hoteles, museos, cafeterías… son los lugares que todos los días ven pasar a gente sin preocupaciones, que trabajan mientras el resto disfruta. Así, mientras muchos negocios cambian la oficina por la costa y la playa, y mientras las ciudades del interior se paralizan, ellos son quienes sostienen la actividad y se encargan de asegurar una sonrisa de despedida para los visitantes.

SIEMPRE PENDIENTES Y SIN CERRAR AL MEDIODÍA

En la tirolina Fly Toledo, al lado del Puente San Martín, siete empleados se turnan a lo largo de la semana para mantener la puerta abierta a esta experiencia, que no cierra ni a mediodía. «Los turistas vienen a cualquier hora. Muchos son extranjeros y suelen comer más temprano de lo que estamos acostumbrados aquí, así que hay veces que vienen a la una o las tres de la tarde», cuenta Diego.

No muy lejos del Puente San Martín, en el hotel San Juan de los Reyes, Aurora Bejerano espera a los huéspedes en recepción. En un salón amplio y con una armadura de caballero vigilante en la entrada, para esta empleada trabajar en verano no es muy diferente a cualquier otra época: «Aquí vemos a gente de vacaciones durante todo el año, así que el verano solo es una temporada más”.

En otro punto de la ciudad, Almudena Cencerrado, guía local de Toledo y presidenta de la Asociación Nacional de Guías Profesionales de Turismo, recoge a un grupo de turistas para descubrirles los mejores tesoros de la ciudad. A ella también le toca trabajar en verano. Y el suyo no es un oficio nada liviano. Cencerrado recorre el casco antiguo de Toledo, de un extremo a otro, varias veces al día. «A veces es muy duro, sobre todo porque Toledo está lleno de cuestas, pero es cuando más trabajo tienes, así que hay que aprovechar».

Y entre tanto, con el aire acondicionado como aliado, pasa el verano Jose Luis García, de la cafetería Carolvs. Para el pequeño negocio, con tres personas fijas encargadas del establecimiento,»agosto nunca ha sido un mes fuerte. Aquí en Toledo el verano es temporada baja». Durante estos dos meses, el horario habitual de apertura de su establecimiento «suele estar entre las nueve de la mañana y las ocho de la tarde, más o menos el horario de los museos». Añade que este verano «vamos como todos, despacito. Y con el aire acondicionado».

TRABAJAR PARA QUE LOS DEMÁS DISFRUTEN, COMO ESA SEÑORA DE 88 AÑOS QUE…

A pesar de no tener aire acondicionado, cuenta Diego, sin duda alguna, que «ver cómo llega la gente a pasar un buen rato te recompensa». Y es que, si se trata de buenos ratos, en un lugar como este, las historias y anécdotas abundan por doquier, desde el primer salto, protagonizado por una mujer de 88 años, que tuvo la ventaja de ser la primera en disfrutar del paseo sobre la cuenca del Tajo, hasta el caso que hace unos días sorprendió a todos los empleados de Fly Toledo, cuando la tirolina se convirtió en escenario de una proposición de matrimonio.

Lo mismo ocurre con Almudena Cencerrado, quien  no descuida la comodidad de sus clientes mientras les descubre la historia y los monumentos de cada rincón de las empinadas calles toledanas. Aunque el verano no es época de grandes multitudes para los guías turísticos «esta época hay, sobre todo, para turistas internacionales. Vienen muchos orientales y norteamericanos. Les hacemos recomendaciones como que vengan siempre con ropa y calzado cómodo, que beban mucha agua, etc.». Dice Cencerrado que «es cuestión de compaginar» aunque confiesa que algunos días termina «con los pies en un barreño de agua salada».

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