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jueves, 21 de noviembre de 2024
El grupo de seis talaveranos en Ucrania.
"Todo está mucho peor" - 24 diciembre 2022 - Talavera

Un grupo de seis talaveranos han vivido una de las experiencias más duras, pero gratificantes de sus vidas: el pasado sábado 10 de diciembre pusieron rumbo a Leópolis, una de las muchas ciudades golpeadas y devastadas por la guerra de Ucrania, con dos furgonetas y un camión llenos de alimentos, medicinas, material sanitario y juguetes para muchos de los niños que han perdido a sus familias.

Una experiencia que, sin lugar a duda, ha marcado sus vidas y los ha dejado «con los pelos de punta». Así es como lo expresaba Fernando, uno de los voluntarios que ha participado en este viaje humanitario, y con quien encastillalamancha.es ha podido hablar.


«El viaje de nuestra vida, es una oportunidad»

Fernando, voluntario de Cáritas, sabía que podía encontrarse en este viaje, no era la primera que vez se ponía en carretera para colaborar con el pueblo ucraniano. Su primera experiencia fue el pasado mes de mayo, cuando tras una conversación de bar con un amigo, ambos decidieron liarse la manta a la cabeza y organizar un primer viaje en apenas dos semanas.

«Un día tomando una cerveza con mi amigo le comenté que me gustaría ir a ayudar y me dijo tú estás loco», nos explica Fernando, sin embargo, confiesa que al día siguiente su amigo vino y le dijo «he hablado con mi mujer y me ha dicho que una oportunidad como esta, no pasa dos veces, podría ser el viaje de nuestra vida».

Sin perder tiempo, se pusieron manos a la obra y cuatro amigos salieron hacia Ucrania con dos furgonetas cargada de material humanitario.

Fernando, uno de los talaveranos que ha emprendido este viaje humanitario a Ucrania.

Un viaje infinitamente más complicado: «se nos fue de las manos»

Tras este primer viaje, Fernando nos cuenta que muchas personas se interesaron por colaborar y ellos, al ver que la situación en Ucrania era mucho peor, decidieron organizar un segundo viaje. En esta ocasión, el talaverano reconoce que se sorprendieron mucho ante la gran acogida.

«Se nos fue de las manos, llevamos el triple de material: comida, medicinas, generadores de luz, sillones de hospital, sillas de ruedas, juguetes», fue todo una sorpresa y tuvieron que llevar dos furgonetas y un camión para cargar con todo el material.

Fernando explica que mucho de este material fue entregado a varias ONG ucranianas, y al hospital. Sin embargo, lo que más marcó a estos seis talaveranos fue la experiencia que compartieron con los niños en los orfanatos a los que fueron a dejar juguetes y material sanitario.

«Con los pelos de punta», así es como define este talaverano los ratos que pudo compartir con los niños ucranianos de apenas 1, 2 y 3 años que han perdido a sus familias, y que «te agarraban la mano, no te soltaban y te decían que jugaras con ellos con una sonrisa».

«Fue un viaje muy duro», pero pese a ello, Fernando admite que han regresado a sus casas «desbordados de felicidad» de haber podido poner su granito de arena, «es un tsunami lo que hemos vivido a nivel personal», confiesa.

Todo está «mucho peor», por lo que «no hay dos sin tres»

Han sido dos viajes complicados, pero el talaverano reconoce que, aunque en su primer viaje se encontraron una situación muy mala, «ahora está mucho peor«. Fernando nos cuenta que no hay luz ni calefacción y están viviendo de los generadores, e incluso explica que en los hospitales están operando gracias a luz de los móviles.

El pueblo ucraniano intenta seguir haciendo una vida «lo más normal posible», porque, a su juicio, «son muy patriotas y van a luchar hasta el final», al tiempo que señala que son muy agradecidos: «Nos han dado mucho cariño, no paran de mandarnos mensajes de agradecimiento».

Sin duda, esta experiencia ha marcado a este grupo de amigos de Talavera, y no dudan volver a ponerse en carretera: «no hay dos sin tres». Fernando explica que conforme van contando su experiencia, mucha gente se quiere sumar a un próximo viaje. «Es duro, pero es una cosa que hay que vivir», por lo que su mente no descansa y a la espera de lo que depare la guerra en Ucrania, en primavera podrían volver poner rumbo con las pilas cargadas y mucha ayuda humanitaria.

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