Cuatro jornadas y la visita a una ganadería, lleno a rebosar en cada un de ellas, ponentes de lujo, respetable entendido, más de 1.500 personas… Villaseca de la Sagra ha convertido sus Jornadas Taurinas en la atracción nacional del toro. Y ya van doce…

No hay año que los más entendidos no se reserven una semana para degustar, en marzo, las charlas y los coloquios que se organizan en esta localidad de la provincia de Toledo y a la que acuden auténticos maestros. Año tras año.

Por Villaseca de la Sagra pasan todos los que son y han sido algo en el mundo del toro

Por ello en esta ocasión pasaron Victorino Martín, Manolo Molés, Alberto Lamelas, Emilio del Justo, Javier Cortés… Porque, como dijo el ganadero, «todavía hay mucho loco que vive por y para el toro, por eso estoy convencido de que a esto le queda mucha vida».

¿Qué tienen las Jornadas de Villaseca de la Sagra para ser el centro de atención? Trabajo y afición. No hay más. Afición de gusto y afición física, porque como dijo el propio Molés, «la afición es el eje de la fiesta de los toros y el toro es la parte central del toreo», apostando además por la emoción, la competencia y el cuidado de los jóvenes como garantía de futufo.

Jornadas que, junto a los Alfareros de Oro y de Plata, han sido empeño del alcalde, Jesús Hijosa. Y en esta última edición también hubo un recuerdo muy emotivo para quien fue figura de la fiesta y se marchó joven, el matador Víctor Barrio. Precisamente en su memoria se realizó una exposición fotográfica durante sus faenas en Villaseca, muestra realizada por José Luis Cárdenas.

¿Qué tiene Villaseca para convertirse durante una semana en atracción nacional del toro? «Amor por el animal», como se pudo escuchar, muy a pesar de que como expresió Victorino Martín, «la fiesta de los toros se ha prostituido, hay una serie de oligopolios que dominan todo y han impuesto una fiesta incompleta».

Pero a Villaseca eso no ha llegado, allí se vive la fiesta «a porta gayola»…