En menos de tres semanas Castilla-La Mancha ha registrado cuatro casos mortales por violencia machista, tres de ellos ocurridos en la provincia de Toledo (dos en Seseña y uno en Mora) y el cuarto ocurrido hoy mismo en la localidad ciudadrealeña de Daimiel.
Concentración contra la violencia de género celebrada estos días en Seseña.
La región se ha convertido así en escenario trágico de la violencia dentro del ámbito familiar, sucesos que se han cobrado la vida de cinco mujeres, cerca de la mitad de las que han fallecido por este motivo en todo el territorio nacional en lo que va de año.
La prímera víctima la conocíamos el 28 de enero cuando el cuerpo de una mujer sin vida y con señales de violencia fue hallado en una vivienda de la urbanización «El Quiñón» de Seseña. Ese mismo día era detenido su compañero sentimental, a quien el juez decretó prisión provisional comunicada y sin fianza por un presunto caso de violencia de género.
Días después, el 5 de febrero, esta lacra salpicaba al pueblo de Mora, donde un hombre en tratamiento psiquiátrico mató a su pareja en silla de ruedas con un arma blanca. La titular del Juzgado de Instrucción 1 de Orgaz (Toledo) decretó prisión provisional comunicada y sin fianza por un delito de asesinato.
Ayer domingo el pueblo de Seseña, y otra vez más en la urbanización de «El Quiñón», se volvió a despertar con una nueva noticia de violencia de género ocurrida en sus calles después de que un guardia civil matase a su mujer con un arma de fuego y a continuación se suicidase. Los cadáveres llevaban 48 horas sin vida en el interior del domicilio.
El último, ocurrido esta misma mañana, ha tenido lugar en Daimiel (Ciudad Real). Aquí un hombre ha matado con un cuchillo a su mujer, de 46 años; y a su hijastra, de 18 (hija biológica de la mujer, pero no de él).