Volvió a dar con la droga, una vez más. Es la perra Kenya, integrante de la Guardia Civil de Ciudad Real y detectora de estupefacientes. Porque fue ella quien olió los seis kilos de hachís que estaban escondidos en dos dobles fondos de la parte trasera de un coche.
Los seis kilos de hachís estaban escondidos en sacos de bellotas.
A Kenya no se le puede engañar. Esta perra detectora de estupefacientes e integrante del servicio cinológico de la Guardia Civil de Ciudad Real volvió a dar en el clavo. Porque marcó dónde estaban los seis kilos de hachís, en la parte trasera del vehículo, y los agentes rápidamente descubrieron que las bellotas estaban ahí.
Sucedió en la autovía de Andalucía, a su paso por el término municipal de Manzanares (Ciudad Real), cuando los guardias civiles sospecharon del conductor de un coche y le pararon. Al final vieron que la droga estaba escondida en dos dobles fondos eléctricos y que en su interior había nada menos que seis kilos de hachís en forma de bellotas.
El conductor, que responde a las iniciales I.O. y tiene 31 años, es vecino de Portugalete (Vizcaya) e inmediatamente fue detenido como presunto autor de un delito contra la salud pública.