miércoles, 25 de septiembre de 2024
01/01/2015junio 8th, 2017

La joven, de 25 años, pasaba por allí. Ésa fue su «culpa». Ésta es la historia de Ángela, a la que el destino le tenía preparada una mala jugada cuando ni por lo más remoto se esperaba que…
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Ángela, tercera por la izquierda, junto a sus padres y el consejero de Sanidad, Ignacio Echániz.


Ocurrió en Talavera el 9 de julio, en la Cañada de Alfares, cuando a un ladrón que salía de robar de una casa se le disparó de forma fortuita el rifle que llevaba justo cuando estaba a punto de salir del portal, con tan mala fortuna que la bala se incrustó en la cabeza de Ángela Sánchez. Horas después era detenido y más tarde se comprobó que, a pesar de su juventud, 20 años, era un especialista en los robos por escalo.

O, lo que es lo mismo, accede a los tejados, balcones o las azoteas de los edificios y desde ahí entra a los pisos forzando las ventanas. Que fue lo que hizo el día del suceso. Entró en un edificio de la citada calle, muy céntrica y concurrida, y accedió a una de las casas, de donde se apoderó de un rifle. Para disimular, volvió al tejado y se cruzó al edificio de al lado con la intención de marcharse tranquilamente por el portal de al lado. A partir de ahí…

La joven se debatió entre la vida y la muerte, pero finalmente fue dada de alta en agosto, aunque deberá seguir con su rehabilitación de manera ambulatoria.

El 16 de diciembre comparecía junto al consejero de Sanidad, Ignacio Echániz, ante los medios de comunicación. Ángela, con una sonrisa permanente y los lógicos nervios, dijo de aquel fatídico día: “Solo recuerdo mirándome en el portal, cuando abrí los ojos estaba en la UCI”.

EL PADRE TOÑO, DEL INFIERNO A DAIMIEL

A finales de julio se conoció la noticia. Y?fue una sorpresa mayúscula, porque nadie daba crédito. Primero en El Salvador, el país centroamericano donde lleva nada menos que 15 años dedicándose a la prevención de la violencia de las pandillas salvadoreñas, conocidas como maras; y después en su localidad natal, Daimiel (Ciudad Real), donde viven su familia y amigos.

El padre Toño, o Antonio Rodríguez Tercero, fue detenido tras ser acusado por la Fiscalía de introducir objetos ilegales en las prisiones para los pandilleros presos, tal y como informó en su cuenta de Twitter la propia Policía Nacional Civil.

En concreto, dijeron lo siguiente: «Se ha logrado capturar al sr. Antonio Rodríguez López Tercero, también conocido como Padre Toño, por delitos de tráfico de influencias. Al Sr. López Tercero también se le imputa el delito de introducción de objetos ilícitos a centros penitenciarios». Y de tener relación directa con el líder de la pandilla «Barrio 18».

El padre Toño, teólogo de la Liberación, llegó a El Salvador en agosto de 2000, tal y como explicó en el diario El País. «Era el aniversario del nacimiento de Monseñor Óscar Arnulfo Romero. Tres años después me licencié en Teología de la Liberación, en la Universidad Centroamericana, con profesores como Jon Sobrino y José María Castillo. Vine aquí porque quise seguir el camino de Romero y de los padres jesuitas asesinados por soldados en 1989. Siempre quise desarrollar mi trabajo en América Latina».

A finales del verano fue liberado y en septiembre llegó a España. «Mi único pecado en El Salvador es que empecé a trabajar con la gente sin derechos», dijo nada más aterrizar. En el aeropuerto fue recibido por sus padres, hermanos y otros familiares, con abrazos y lágrimas, junto a una pancarta en la que exigía «libertad y justicia» para él.

Ahora ha decidido tomarse un período de reflexión para decidir si regresa o no a El Salvador, pero aseguró que permanecerá dos años con «perfil bajo», leyendo y escribiendo. «Me parece que algo puedo aportar después de 15 años de trabajo con víctimas de la violencia. Tengo una gran experiencia y espero compartirla para darle voz a los que no la tienen, como decía monseñor Óscar Romero», recalcó.

EL AÑO DE LOS TOCOMOCHOS Y LAS BOSNIAS

Tiene 70 años y fue víctima del timo del tocomocho. Le robaron 10.000 euros y cuando se dio cuenta del engaño, recibió una paliza por parte de los timadores, quienes le abandonaron a su suerte y con la mandíbula rota en una carretera próxima a Toledo.

Fue uno más de los numerosos timos del tocomocho y de la estampita que se realizaron por Castilla-La Mancha, especialmente con las personas mayores como víctimas.

O el famoso clan de las bosnias, las carteristas a las que prohibieron entrar en el Metro de Madrid y que «trabajaron» en Toledo durante el Año Greco. Pero la Policía Nacional hizo un buen trabajo de prevención.

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